“Agosto fue un mes particular porque finalizó el acuerdo de (el presidente Mauricio) Macri con los empresarios y se unificó la CGT. Sin embargo, como contraposicion a esos hechos políticos, observamos una creciente conflictividad encabezada por las CTA y los gremios cegetistas más combativos, los que están corridos de la conducción”, apuntó Hernán Letcher, titular del CEPA.

El informe recuerda que el mes comenzó con huelgas docentes en seis provincias, por reclamo de las paritarias; “a este gran conflicto en la educación pública lo sucedió el paro de ATE y la CTA Autónoma del 11 de agosto”. El 24 hubo un nuevo paro docente, esta vez nacional. También hubo un alto número de reclamos de los estatales a las provincias y municipios. Agosto también fue el mes en que comenzó la Marcha Federal. “En el contexto de creciente conflictividad en el mundo laboral, la actual CGT refleja una central sindical preocupada en mantener la interlocución con el gobierno y centralizar el canal del diálogo”, apunta el CEPA. “No resulta una sorpresa que a pesar de los despidos y la caída del salario real, la unificación de la CGT no trajo aparejada la inmediata convocatoria a un paro, que continúa hoy sin fecha definida. Cabe insistir en que el triunvirato que la conduce está encabezado por gremios de servicios en un escenario de retroceso industrial. Los sectores más combativos no sólo quedaron afuera de la conducción sino que se retiraron de la reunión de unificación exigiendo la convocatoria a un paro nacional”.