EL PAíS › EL GOBIERNO AGUARDA EXPECTANTE LA MARCHA DE HOY
“Nada de esto nos desespera”
Por Felipe Yapur
“El tema de la seguridad preocupa, pero para nada nos desespera”, palabras más, palabra menos, ésta es la síntesis que hacen los hombres del Gobierno sobre el tema, pero fundamentalmente frente a la movilización que convocó para esta tarde Juan Carlos Blumberg. Consideran que las condiciones políticas y sociales son absolutamente diferentes a la que provocó la aparición de Blumberg y por lo tanto especulan que tendrá menos concurrencia que las dos anteriores. Para el Gobierno hay un dato más que pesa a la hora de hacer un análisis de esta nueva movilización y que tiene un trasfondo político cada vez más claro, sobre todo por alguno de los personajes que rodean a la familia de Nicolás Garnil.
Si de costo político se trata, los habitantes de la Casa Rosada dicen que el Gobierno ha demostrado preocupación y ocupación en el tema de la seguridad. Los gestos fueron más de uno y entiende que no fueron pasados por alto por la sociedad más allá de la fuerte campaña mediática que respalda la convocatoria de Blumberg.
Cuando se trata de señales, se contabilizan la sanción de una ley y la media sanción de otra que se produjeron la semana pasada en Diputados y que integran la lista de exigencias del ingeniero de San Isidro. La ley aprobada es la sumatoria de penas que conlleva la posibilidad del cumplimiento de 50 años de cárcel, en tanto desde el miércoles pasado sólo resta que los senadores aprueben la norma que busca interrumpir la posibilidad de que determinados delitos prescriban.
En palacio destacan la preocupación que demostró el Presidente con cada uno de los casos, al recibir a buena parte de los familiares de las víctimas. Es más, remarcan el compromiso demostrado por el Ejecutivo al disponer una mayor participación de las fuerzas de seguridad nacional en la prevención y resolución de estos delitos.
Hay otro gesto considerado como “muy importante” por los hombres del Presidente: el regreso de la Secretaría de Seguridad a la órbita del Ministerio del Interior, que conduce Aníbal Fernández. Además, nadie en la Rosada se olvida de destacar que la presencia del ministro de Justicia, Horacio Rosatti, en las comisiones de Justicia, Legislación Penal y Familia y Minoridad sirvió para demostrar cuáles son las prioridades del Gobierno en materia de seguridad y que el plan pergeñado en su momento por Gustavo Beliz continúa, pero con modificaciones que mejoran el proyecto original.
“Hay más de un dato objetivo que da cuenta de que al Gobierno le preocupa el tema de la seguridad y esto no escapa a la lectura de la sociedad”, dijo uno de los inquilinos de la Rosada. Jura que no se realizaron sondeos para pronosticar el nivel de concurrencia, pero descuenta –aunque sin mucho énfasis– que será menor a las marchas pasadas. Uno de los datos a los que se aferra para adelantar un resultado de la marcha es “la feliz resolución de los últimos casos de secuestros que terminaron con la recuperación de la libertad de las víctimas”.
Donde sí hacen hincapié es en el tinte político que tiene en esta oportunidad la marcha de Blumberg. Las referencias no están dirigidas al padre de Axel, pero sí rondan a los Garnil, en particular apuntan a Liliana Blasi, la amiga de la familia que hizo las veces de vocera durante el cautiverio de Nicolás. El dato lo acercó el kirchnerismo porteño, que encontró a Blasi integrando la lista de precandidatos a legisladores de Recrear, el partido de Ricardo López Murphy, para los comicios de la ciudad de Buenos Aires en el 2003.
En esa oportunidad la vocera de los Garnil ocupó el noveno puesto, pero fue objetada por la Justicia Electoral porque no cumplía con el requisito de vivir en la Capital Federal. Blasi, que sigue viviendo en San Isidro —ahora rebautizada por los lugareños como la capital nacional de los secuestros–, había considerado que el hecho de ser la titular de una propiedad en la Capital era suficiente como para participar en la boletadel partido de Ricardo López Murphy. Finalmente la Justicia le dijo que no y Blasi, que llegó a Recrear de la mano del ex funcionario de la dictadura y representante de la ultraliberal FIEL, Manuel Solanet, se quedó sin poder hacer su experiencia política.