EL PAíS › LA EXPLICACION DE UN EXPERTO

“Buscan anonimato”

Por A. D.

Néstor Deppeler hijo, así se hace llamar, fue titular de la Cátedra de Derecho Comercial I de la UBA. En las últimas semanas, después del desastre de Cromañón, se acercó al velo jurídico que sostenía a las operadoras del local gerenciado por Omar Chabán. Y dice que en esto tiene su pelea personal: las off-shore, específicamente aquellas a las que llama “pantallas” con inmunidad fiscal y civil.
–¿Todas las sociedades extranjeras son off-shore?
–No. Las off-shore tienen un régimen especial en su país de origen. Significa: funcionamiento “costas afuera”. Están creadas en su país, pero tienen la prohibición de ejercer en ese mismo país.
–¿Todas son de mala gente?
–No necesariamente. Se pensaron para hacer negocios afuera. Si yo como uruguayo monto una empresa acá con una sociedad nacional y tengo ganancias, como es argentina, la AFIP me cobra dos veces impuestos por lo mismo: acá y en mi país de origen. Las off-shore se benefician no teniendo la carga impositiva del país de origen. Por eso, en sí, no son malas.
–Es que la mayor parte parece que termina sirviendo para otra cosa.
–La característica más importante es que preserva el anonimato de los accionistas en forma estricta. Y tiene una protección fuertísima de sus países de origen sobre el secreto de la titularidad.
–¿Por qué es tan fácil armarlas?
–No necesariamente hay que ir a Uruguay, por ejemplo, para armarlas. Hay un conocido hotel del centro, al que usted va, firma un acta y se va. Se pueden mandar representantes, pero además hay gestores que todas las semanas atienden en la Argentina, salen avisos.
–En el caso de la empresa uruguaya que está detrás del edificio donde funcionó Cromañón hubo un socio fundador que confesó que le pagaron.
–Es que basta un empleado de un estudio contable o jurídico. Va y registra la inscripción en Uruguay, como un gestor. Lo pone a nombre de otro. En Uruguay no piden nombres, piden simplemente la sociedad conforme a un estatuto previsto por la ley 11.073, de 1948. Y después la transferencia de acciones se hace de mano en mano porque son acciones al portador. Uruguay fue un paraíso bancario durante mucho tiempo. El propio partido de Tabaré Vázquez está dividido sobre qué hará con esto.
–¿Quiénes suelen ser los propietarios?
–Es gente que esconde propiedades para no pagar impuesto al patrimonio, por ejemplo. O propiedades en Capital. Para no figurar en los negocios y evadir cualquier tipo de responsabilidad. O combinan actividades.
–¿Aquí está regulado, hay controles?
–La ley de sociedades estableció diferencias entre las que realizan un acto aislado y las que llevan adelante actividades permanentes. A las primeras no les exigen que se inscriban, pero la excusa del acto aislado da para que puedan tener 40 y pico de casas y alquilarlas y decir que es aislado cuando en realidad están haciendo una actividad permanente. A las permanentes la ley exige que acrediten la existencia de la sociedad en el país de origen, que nombren un representante acá y que fijen un domicilio legal acá. Y que la inscriban en el Registro Público de Comercio que lleva la IGJ. Esto se volvió más restrictivo desde septiembre de 2003: se les exige, al menos en Buenos Aires, demostrar que tienen el centro de interés patrimonial realmente en el exterior.
–¿Es suficiente?
–No. Los controles son relativos. Tendrían que tener los mismos requisitos que las sociedades constituidas en el país.

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