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“Es una decisión del Poder Ejecutivo que la única función del Legislativo sea el de una oficina de protocolización de sus iniciativas, y esto se ve agudizado en un año electoral”, opinó ante Página/12 el diputado Claudio Lozano. “En cuanto el oficialismo no tenga resuelta su interna, menos sesiones habrá”, completó. Por su parte, la diputada del ARI, Marcela Rodríguez, expresó que “en lo que va de este gobierno hemos tratado los proyectos que envía el PEN, y pasamos a ser una especie de escribanía”.
Este diario quiso saber cómo se puede revertir esto. “Con el voto de la sociedad que modifique la mayoría que tiene el oficialismo en ambas Cámaras”, respondió Rodríguez. “El control parlamentario es una molestia, pero este gobierno lo ha llevado al paroxismo, se han cedido cada vez más facultades al Ejecutivo, y cada vez hay menos temario”, expresó otro arista, Eduardo Macaluse.
Ahora bien, ¿la oposición no puede articular un temario propio en la Cámara de Diputados? Según Rodríguez y Macaluse, no es posible porque permanecen en minoría y “no nos dan los números”. A modo de ejemplo, recuerdan lo ocurrido durante la última sesión cuando se planteó la inconstitucionalidad del decreto que habilita a partidos y alianzas nuevas a participar de las elecciones. “Toda la oposición junta lo pidió, pero no pudo progresar porque el PJ votó en contra”, aseguraron. Ambos legisladores coincidieron en que “la salida está afuera, en la presión que la sociedad pueda ejercer sobre determinados temas como, por ejemplo, las leyes de impunidad que debemos anular”.
Más optimista, Lozano abre la puerta a la construcción de una agenda propia a través del flamante Grupo de Acción Parlamentaria (GAP) que él integra junto a socialistas y a la radical Margarita Stolbizer. “El proceso de fragmentación del resto de los sectores impide una iniciativa común que ponga en evidencia los manejos de los bloques mayoritarios”, admitió.
“El Congreso se desinfla, el propio (Eduardo) Camaño (presidente de la Cámara) planteó que una cosa es que no haya sesiones y otra que no haya quórum en las comisiones. Es claro que la interna del PJ traba algunos temas”, acordaron Macaluse y Rodríguez. Sin embargo, admitieron que, si bien hay “buenos proyectos en todos los bloques, no hay voluntad de tener una producción propia”. Macaluse apuntó lo que consideró “la perversión máxima”. Según el arista, el PEN toma proyectos del Congreso y los transforma en decretos. Y citó el caso de los fondos educativos, de la ley antitabaco y de una iniciativa penal juvenil en la que, incluso, reprodujeron en el texto del decreto los agradecimientos de la diputada Laura Mussa a sus asesores.