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“El objetivo de la marcha es destacar que el hambre y la pobreza son delitos y que hay que detenerlos sí o sí”, sostuvo Alberto Morlachetti, coordinador nacional del Movimiento de los Chicos del Pueblo. “En la Argentina ocurre una gran paradoja –agregó–. Un país que puede producir alimentos para 300 millones de personas, que tiene el 70 por ciento de sus niños bajo el nivel de pobreza, se constituye en una tragedia perfectamente evitable y la magnitud del delito es mucho mayor. Uno ve la ignominia del hambre tallada en el cuerpo, lo hace ser de una forma muy particular”. Morlachetti dijo que “cuando una persona dice que un chico es violento no se da cuenta de que ese chico ve al hermanito más chico y a la madre llorando y no puede soportarlo y sale a la calle a buscar el pan a cualquier costa. El error del adulto es no entender esa realidad”. El coordinador nacional del Movimiento de los Chicos del Pueblo consideró que “a la mortalidad infantil no hay que contabilizarla de acuerdo a la cantidad de muertes, sino de acuerdo a los que quedan mutilados para toda la vida debido a la pobreza. Si se para el hambre lograremos que pare la fragmentación de la Argentina, que el chico con los padres vuelvan a juntarse. Y eso se puede lograr. En seis meses las tasas de criminalidad descenderían, porque la criminalidad es producto de la pobreza. Que tanto preocupa la inseguridad, tendría que importar más la pobreza de los chicos”.