EL PAíS › EL COMANDANTE VIERO, HOMBRE FUERTE DE LA CIUDAD
La tierra de nadie tiene dueño
Por M. G.
Juan Carlos Viero, uno de los hombres fuertes de Paso de los Libres, es un comandante retirado de la Gendarmería. Funcionarios del Gobierno informaron a Página/12 que Viero estuvo ligado a Eduardo Bauzá, secretario general de la Presidencia y ministro de Carlos Menem.
Durante la administración menemista coordinó tareas con la Aduana. Respondía a Timar Musumeci, que fue director nacional de Gendarmería y terminó procesado.
En el gobierno de Menem, la Gendarmería fue cooptada por Alfredo Yabrán. Tal como quedó al descubierto tras el escándalo de Southern Winds con la Policía Aeronáutica Nacional, Yabrán colonizó a las fuerzas de seguridad para garantizar protección y libertad en las fronteras para la libre circulación de todo tipo de mercancías. La circulación era la especialidad del principal cartero de la Argentina.
Esa estructura se forjó durante la dictadura militar y contó también con la participación de parte de la Marina y con funcionarios de la Aduana, un sector que en 1976 quedó al mando del capitán de navío Aurelio “Za Za” Martínez. “Za Za” volvió a ser funcionario como director de Migraciones a comienzos del gobierno de Menem. Es un buen amigo del hoy procesado Alfredo Astiz.
Este diario publicó en los inicios del caso Southern Winds que un lugar clave en el controlado descontrol del Aeropuerto de Ezeiza lo ocupaba la empresa de seguridad TAS, una herencia de los negocios de Yabrán a través del también procesado Miguel “Palito” Donda Tiguel, miembro de la patota de la Escuela de Mecánica de la Armada.
Los análisis más superficiales sobre los problemas de frontera y migraciones en la Argentina suelen pasar por alto la continuidad de estructuras, negocios y personas que conforman una verdadera política de Estado: quedan incólumes mientras los gobiernos pasan y toleran, ignoran o participan de esas estructuras, que siempre los sobreviven.
En algunas versiones, Viero apareció ligado al actual director de Gendarmería, Pedro Pasteris, pero Pasteris desmintió a funcionarios del gobierno de Néstor Kirchner que tuviese otra relación que no fuera un conocimiento profesional. Página/12 pudo saber que, para aumentar el margen de resguardo, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, dio instrucciones expresas de que Viero no participe de ninguna gestión, ni oficial ni oficiosa, de las fuerzas de seguridad.
Pasteris es la cabeza de la segunda conducción de la Gendarmería del gobierno de Kirchner. La primera pasó a retiro por orden del Presidente. Este diario había publicado que la conducción designada por el primer ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Beliz, fue responsable de haber contratado irregularmente la concesión de un polígono de tiro en el Edificio Centinela como si fuera un shopping y como si la Gendarmería no pudiera tener un polígono sin pensarlo como explotación comercial. También mantuvo separado de la fuerza de seguridad al comandante Pablo Silveira, pasado a retiro por haber denunciado la venta ilegal de un contrabando de cigarrillos incautado por la Gendarmería. Silveira –caso paradigmático de un funcionario público encargado de combatir el delito que es castigado justo cuando denuncia un crimen– aún no fue reincorporado, y lo mismo ocurrió con los suboficiales Mario Cerquetti y Juan Carlos Rojas, que abrieron una causa en el Instituto Nacional contra la Discriminación. Un oficial de la Gendarmería dijo a este diario que su fuerza no se propone reabrir el polígono en condiciones irregulares.
La Gendarmería de Paso de los Libres trabaja con el estudio más grande de la ciudad: el de Juan Carlos Coulleri, con diez profesionales a su cargo.