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Carlos “Chacho” Alvarez había adelantado que una de las ventajas que contaba para desempeñar su cargo como titular de la Comisión de Representantes del Mercosur era el conocimiento previo que tenía de los presidentes. A juzgar por los elogios que recibió durante los discursos inaugurales, estaba en lo cierto. Invariablemente lo consideraron “un gran amigo”. “El compañero Chacho”, lo llamó Lula. “Tiene las mejores calidades intelectuales y políticas”, lo ponderó Kirchner. Ya en funciones, Chacho anticipó que espera reunirse en breve con cada presidente y que el objetivo inmediato es darle una mayor institucionalidad al bloque. “Es la forma de resolver las asimetrías y las desigualdades”, sostuvo. Eduardo Duhalde también fue recordado.
A Chacho se lo notó activo y concentrado en su vuelta a la función pública. Fue de los pocos participantes principales de la cumbre que se prestó sin limitaciones a las requisitorias periodísticas. En la conferencia de prensa de cierre, alabó la tranquilidad de Montevideo y adelantó que se piensa mudar de inmediato. Es más, dijo que pasaría allí la Navidad con sus hijos y que aprovecharía la estadía para reunirse con el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, en lo que será el comienzo de su ronda de presentación con los presidentes.
En esos diálogos, Alvarez quiere conseguir un aval político para llevar adelante sus tareas. Es que entiende que una mayor institucionalidad del Mercosur se traduce en una delegación de facultades de parte de los Estados miembros. En tanto no exista un guiño político, la delegación de facultades, y por ende la institucionalidad, quedará sólo para adornar los discursos. “Que la retórica política se vincule más con las cosas concretas. Si no, el Mercosur es un foro de debate político”, analizó.
Chacho se mostró preocupado en las asimetrías internas del bloque, uno de los temas más observados en Montevideo. “Hay que conseguir que las diferencias de tamaño del PBI de los países ni influya al momento de la toma de decisiones. Todos tienen que participar en un pie de igualdad”, sostuvo. A su lado, Tabaré se mostraba de acuerdo. Alvarez opinó que al respecto era bueno tomar el ejemplo de la Unión Europea donde la opinión de los países chicos estaban en el mismo plano de los más grandes.
Eduardo Duhalde no estuvo ayer presente para pasarle la posta a Chacho. Sin embargo, también fue recordado y recibió elogios de todos. Hasta de Kirchner. “Puso todo de sí para ayudar a esta tarea que él vivió como presidente y como secretario”, le agradeció. Ya sin jefe, otros duhaldistas estuvieron presentes. Eduardo Amadeo se lo vio conversando con el titular de la OEA, José Miguel Insulza. El diputado Alfredo Atanasof, en tanto, quedó a cargo de la comisión de legisladores que estudiará la instalación del nuevo Parlamento.