El gobierno uruguayo de Tabaré Vázquez decidió llamarse a silencio y esperar el regreso del canciller Reinaldo Gargano a su país –previsto para hoy– para dar una respuesta oficial al gobierno argentino. De todos modos, ésa no fue la única respuesta al pedido que presentó Néstor Kirchner en el Congreso para suspender la construcción de las papeleras durante 90 días. Sorprendido por una cámara de televisión, el vicepresidente Nin Novoa dio la respuesta más fuerte del día: la propuesta argentina, dijo, es un planteo “impertinente”. En esa línea hubo funcionarios que repitieron que las obras seguirán adelante, pero el tono distintivo lo dieron las papeleras. Aunque prefirieron correrse a un segundo plano para esperar una respuesta del gobierno uruguayo al planteo argentino, la finlandesa Botnia admitió por primera vez una disposición nada despreciable de abrirse al “diálogo”.

El gobierno uruguayo no cambió su durísima y sostenida posición sobre el conflicto de las papeleras, pero la escalada del conflicto y la intervención de Néstor Kirchner en la apertura de las sesiones legislativas en el Congreso parece haber empezado a abrir una posibilidad de diálogo aún remota pero completamente trabada hasta el momento.

Durante la mañana, el panorama no parecía cambiado. Como estaba previsto, Tabaré Vázquez presidió la reunión semanal del Consejo de Ministros del lunes postergada por los feriados del Carnaval. Como Néstor Kirchner aún no había presentado su propuesta en el Congreso argentino, el gabinete uruguayo se limitó a evaluar la opinión que, casi en los mismos términos, había dado horas antes el canciller Jorge Taiana.

Uruguay sí respondió al pedido de Taiana. Respondió para rechazarlo. Lo hizo a través de la vice canciller Belela Herra que convocó a una conferencia de prensa luego de la reunión del Concejo de Ministros. Frente a las cámaras, la funcionaria presentó una síntesis del informe sobre las actuaciones que se hicieron para presentar el conflicto ante la OEA. En ese contexto repitió lo que viene diciendo su gobierno sobre este tema: la construcción de las dos papeleras de Fray Bentos, dijo, “no se detendrá”.

Una posición que poco después repitió el ministro de Vivienda y Medio Ambiente, Mariano Arana. El gobierno de Tabaré, dijo Arana, “no tiene facultades legales” para suspender las obras.

Hasta ese momento, la propuesta de Taiana recogía posiciones más o menos parecidos de parte de las empresas. El director de Comunicaciones y Relaciones Exteriores de la papelera española ENCE, Claudio Vallejos, rechazó la propuesta en diálogo con distintas radios porteñas. “No existe al momento posibilidad de detener por 90 días la construcción de las plantas –dijo–, a la espera de una resolución de una comisión técnica”. El planteo y su postura cambió poco más tarde, cuando el pedido de Kirchner cruzaba el cauce del Río de la Plata. Tras el reclamo presentado en el Congreso, ambas compañías adoptaron una posición parecida.

En diálogo con este diario, voceros de ENCE confirmaron que por el momento no hablarán ni le responderán al gobierno argentino porque consideran que Néstor Kirchner no se dirigió a ellos sino al gobierno de Uruguay. En este caso, dicen, es Tabaré Vázquez quien tiene que responder a un planteo establecido de jefe de Estado a jefe de Estado. Lo mismo dijo la finlandesa Botnia a través de sus voceros, aunque fue la única de las dos que optó por dar una respuesta oficial. Carlos Faro-ppa, vocero oficial de la compañía, explicó que “Botnia está dispuesta a dialogar, a abrir sus puertas para que se conozcan todos los detalles del proyecto y tomamos con optimismo esta iniciativa del presidente Kirchner de llamar al diálogo de amigos”. Aunque remarcó que el gobierno uruguayo “legalmente no podría por propia cuenta” suspender la construcción de las plantas. “Lo que hay que tener en cuenta es que el emprendimiento involucra al gobierno del Uruguay, pero también a organismos multilaterales, sindicatos y las empresas. Por eso es que señalamos y saludamos las iniciativas tendientes al diálogo”. Ese gesto de disposición al diálogo sonó a un guiño de los empresarios destinado al gobierno uruguayo. Según los entendidos, parecen esperar que Tabaré se sume al gesto “dialoguista”. El único gesto que, aparentemente, puede destrabar el conflicto.