En la comitiva argentina no se cansaban de señalar el “gesto político importante” que podía deducirse a partir de que el rey de España hubiera recibido a la senadora Cristina Fernández de Kirchner a cuatro días de su lanzamiento como candidata a la presidencia. El gesto, sostenían, se potenciaba porque se había producido en la residencia veraniega de la casa real, en Palma de Mallorca, y, según los usos y costumbres españoles, es rarísima la vez que los monarcas abren sus puertas para recibir una visita de carácter eminentemente político como fue ayer el caso de la senadora. Incluso, para los que gustan comparar la candidatura de Cristina Kirchner con la de Hillary Clinton ayer aportaban un detalle: durante su descanso en el Palacio de Marivent, los reyes sólo tenían previsto recibir a la primera dama argentina y a la familia Clinton, que llegará a España en agosto.