“Tiempo, paciencia y espera.” Esos tres elementos fueron los que pidió el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, a las autoridades uruguayas al arribar ayer a Montevideo, en referencia al conflicto bilateral entre Argentina y Uruguay por la pastera Botnia, endurecido después del enfrentamiento de los presidentes de ambos países en la XVII Cumbre Iberoamericana que se realizó en Chile. Después de pasar por Buenos Aires y reunirse con Néstor Kirchner y la presidenta electa, Cristina Fernández, Zapatero fue recibido ayer por el vicepresidente uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, quien ejerce la presidencia ante la gira por Asia que está realizando Tabaré Vázquez. Mas tarde, en una reunión con la colectividad española en Uruguay, anunció que su gobierno prevé implementar “durante 2008 planes de cooperación y asistencia social para América latina por valor de dos mil millones de euros”. Para ello, el mandatario español prometió que “en sólo cuatro años, España estará a la cabeza de las ocho potencias económicas mundiales en la lucha contra la pobreza”, para lo cual destinará el 0,6 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB).