El orden es PRO

Bajo un calor infernal, Montserrat lo recorrían sólo algunos turistas en la modorra dominguera. Ninguno se animó a acercarse a la Legislatura, que se mantuvo vallada y con un importante operativo policial, perros de la brigada de explosivos incluidos. El sistema de credenciales y seguridad de PRO, por su parte, al final no fue tan férreo como se pronosticaba: incluyó tarjetas rosaditas para la sala de prensa, celestes para el recinto y las más codiciadas, de libre acceso, que, por supuesto, eran del amarillo estridente que plagó la campaña.

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Rajemos

“Te tocó un buen lugar”, le confió el macrista Avelino Tamargo al dirigente de Recrear Enzo Pagani, que había quedado sentado en un sillón por fuera de las bancas, dado que ayer convivían los legisladores salientes con los entrantes. Por azar, Pagani había quedado cerca de la puerta de salida. “Esa es la mejor silla de todas... ¡Para escaparse!”, bromeó Tamargo.

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Marchitas

Los peronistas del PRO Cristian Ritondo y Daniel Amoroso amenazaron más de una vez con cantar la marcha peronista cuando salió Macri, ante las protestas de sus compañeros de PRO. “Si ustedes se ponen a cantar la marchita, yo les canto la Internacional”, dijo Jorge Enríquez, siempre conocido por sus proyectos conservadores y en los últimos días por su impulso de Valeria Mazza como personaje de los derechos humanos.