ESPECTáCULOS › “KAMCHATKA”, DE MARCELO PIÑEYRO, ES PRECANDIDATA AL OSCAR AL MEJOR FILM EXTRANJERO
Una historia de sangre, sudor y lágrimas
El jurado, integrado por las entidades del cine, consideró que el film que narra las vicisitudes de una familia a punto de ser destruida por la represión de la dictadura militar 1976-1983 es la mejor representante argentina.
Por Mariano Blejman
El film Kamchatka, del director Marcelo Piñeyro, fue elegido ayer como representante argentino a la preselección con vistas al Oscar 2003 a la mejor película extranjera. La película, que cuenta la historia de una familia a punto de ser desintegrada por la dictadura militar, obtuvo siete sufragios en una votación organizada por el Instituto Nacional de Cines y Artes Audiovisuales, imponiéndose con holgura a otras dos candidatas con posibilidades: Lugares comunes, de Adolfo Aristarain, e Historias mínimas, de Carlos Sorín, que apenas recibieron un voto cada una. Los otros dos films que a priori parecían tener posibilidades, Un oso rojo, de Adrián Caetano, y El bonaerense, de Pablo Trapero, no recibieron votos. Una entidad de las diez convocadas faltó a la ceremonia de votación, realizada ayer por la tarde, pero es evidente que su opinión no hubiese cambiado en absoluto el curso de la historia. “Estoy contentísimo, muy orgulloso. Pero estoy convencido de que esto no es en desmedro de ninguna otra película. Ellos pensaron que era la más apta del Oscar, y eso es algo que agradezco y me llena de alegría”, dijo ayer Marcelo Piñeyro a Página/12, aún conmocionado por la decisión.
Los electores consideraron que el tema del film de Piñeyro representa mejor al cine argentino de este año con vistas a una precompetencia que se define por el ojo de un jurado predominantemente estadounidense. Argentina viene de conseguir, el año pasado, el logro de que su film El hijo de la novia, de Juan José Campanella, fuese uno de los cinco que pasaron a la final por el Oscar en la categoría, aunque en esa instancia fue vencido por el film bosnio El último día. El único film argentino que ganó el Oscar, La historia oficial, de Luis Puenzo, del que Piñeyro era productor, basaba su ficción en hechos derivados de la dictadura militar 1976-1983, como el robo de bebés. En la ficción de Kamchatka, el espectador participa de la vida de una familia cuyos dos padres serán secuestrados, quedando sus hijos al cuidado de los abuelos. En esta preselección, ninguno de los directores cuyas películas estaban en posibilidad de ser elegidas había sido nominado anteriormente por Argentina para el Oscar.
Para Piñeyro, el marco político de la elección de la película es interesante: “El neoliberalismo se está resquebrajando. Y más allá de que en Estados Unidos haya un capitalismo caracterizado por un totalitarismo que da miedo, las sociedades no son tan unívocas. Hay gente que quiere escuchar otras voces. Pero no creo que Kamchatka seduzca a George Bush. Sin embargo, antes de estrenar acá se hicieron proyecciones para el periodismo europeo y alguna para el estadounidense, y la verdad es que salían tan conmovido como acá. Eso me tranquiliza, porque yo tenía dudas, no con respecto a la Argentina, sino que podía ser demasiado hermética en Latinoamérica y afuera. En Europa, los periodistas proyectaban situaciones parecidas de sus propios países”.
Cada año para esta fecha se renueva la polémica sobre la metodología de elección de la película. Esta vez, algunos representantes de la industria, como Nemesio Juárez (DAC) y Mario López (SICA), dijeron a Página/12 que durante la votación se habló de la intención de proclamar “una instancia superior de elección” (esto es una Academia Cinematográfica Nacional, órgano que según Hollywood debería decidir la elección) para que el próximo año la votación se organice de otro modo. Sin embargo, el director y productor Héctor Olivera (en representación de la Asociación General de Productores) opinó que “organizar una Academia no es sencillo, porque hay que ver cómo se va decidir quién entra y quién no”. Para Olivera, “era evidente que las tres películas que fueron votadas eran destacadas, pero finalmente apoyamos a Kamchatka porque Piñeyro se jugó por un tema muy duro y muy difícil, desde una mirada que no había sido tocada sobre el tema, que es la observación de un niño. Además, es el mejor trabajo del director”.
El método de votación que se realizó en el segundo piso del Incaa volvió a ser como en épocas anteriores al año pasado. En el 2001 el sistema fuereemplazado por un “jurado de notables”, cuando estaba al frente José Miguel Onaindia, luego de la escandalosa preselección de Manuelita. Ahora, Jorge Coscia decidió volver al sistema anterior en que cada una de las entidades llevó su voto, que no se podía cambiar, y se eligió por mayoría simple. En caso de empate, la elección final recaería en el presidente del jurado, Héctor Olivera. En esta oportunidad, cabe recordar, no votó la Asociación de Cronistas Cinematográficos.
Entre los votantes estuvo Pablo Bossi de Patagonik (que representó a la UIC) y fue además productor de la película de Piñeyro. “Independientemente de nuestro interés particular, nosotros votamos por la película que mejor nos puede representar en Hollywood. Esta película tiene valores muy fuertes y puede representarnos muy bien. Pero el mayor trabajo vendrá ahora, ya que tendremos que hacer un gran trabajo de difusión y de inversión publicitaria en Estados Unidos, para acercar a los miembros del jurado del Oscar a ver la película”, dijo Bossi.
Ahora Piñeyro mira un poco más allá: según el realizador, la preselección va a servir para que comience la distribución en Estados Unidos. “Para mí, concretamente, es una hornada de estrenos. El 29 de noviembre se estrena en Europa, y por lo que escuché van a adelantar el estreno en Latinoamérica para febrero. Ojalá que ganemos, pero el mejor premio que pudimos recibir vino la semana pasada de parte de HIJOS, que es el mejor premio que podamos recibir. Dijeron que habíamos podido plasmar cosas que ellos habían vivido, y mostrar que los desaparecidos tenían caras, alegrías, deseos y un amor que era el motor que los hacía operar.”