ESPECTáCULOS › ASI SON LAS PROPUESTAS QUE INVADIRAN LA PANTALLA ESTIVAL

El reality como un acto de servicio

“La playa”, “Travesía americana” y “Generación Pop” buscan el impacto, pero dejan de lado las prácticas usuales del género. “Se acabaron las situaciones límite”, anuncia un productor.

 Por Julián Gorodischer

Tal vez es por culpa, o movidos por las buenas intenciones, pero lo cierto es que los reality shows que se vienen proponen un ingreso a la moderación que no figuraba en la agenda de sus precursores. El productor (una figura intercambiable) anuncia la erradicación de las situaciones límite, y el género se transforma en un servicio: dar premios, descubrir talentos, abrirse al público, conocer el país. En el extremo, “Travesía americana”, incursión del canal estatal en el reality, introduce el turismo documental en el reino de las pasiones de alcoba (o de carpa) y, desde el domingo próximo a las 22, sale a recorrer la provincia de Mendoza con sus participantes, para dejarlos jugar al rafting o a las carreras, todo como debe ser y con protección anti dedo acusador: haga deporte, turismo y patria. Si desde que comenzó la fiebre “Gran Hermano”, el reality fue el niño malo de la pantalla, defensor del ocio y de la nada, los nuevos llegan con promesas de cambio: para la dama y el caballero, paisajes agrestes, vida sana y, por qué no, solidaridad con las comunidades indígenas, como para que nadie los confunda con los viejos tiempos de la casa, la isla o el bar.
“Nos salimos por un costado del género –cuenta Karina Solano, productora ejecutiva de ‘Travesía...’– para introducir otros elementos: no queremos ubicar al ser humano en una situación de extrema resistencia psicológica o física. Queremos premiar al hombre en su integridad, y que el interés aparezca en las cuestiones positivas de la convivencia, la cámara que respeta la privacidad de las carpas, la posibilidad de verlos en tareas solidarias.” Dos equipos enfrentados competirán en escenarios naturales en juegos de turismo aventura, y el recorrido será como un viaje de estudios para matizar la convivencia con el aporte didáctico. El expulsado se va si pierde en la competencia, no existen los llamados y las nominaciones. El reality limpia conciencias y fomenta el turismo: visita el centro de investigación y festeja su excelencia, conoce al folclorista y lo promueve. “Acá no está planteada la opción de supervivencia”, insiste Solano. “Hay contención en todos los niveles, no se los expone a situaciones límite, tienen contacto con las comunidades cercanas.” En la ruta, “Travesía” –conducido por Gonzalo Bonadeo y María Eugenia Molinari- pretende para sí un ligero cambio en la receta: quedarse con el boom pero con cierta vergüenza del origen. Mira hacia atrás y propone dar utilidad al espectáculo, reutilización pragmática y positivista, para que el reality sea una experiencia productiva.
“La playa” –desde el 28 de diciembre, de domingo a viernes a las 22 por América– funda su origen en la misma operación que sus contemporáneos: fusionar realities previos y agregar el factor culposo. Es decir, si la propuesta es regentear el negocio playero (discoteca, parador y restaurante) como en “El Bar”, la novedad está en la convocatoria sin ánimo de lucro y con búsqueda de masividad a través de recitales, desfiles y espectáculos al aire libre: el componente “servicio” tranquiliza conciencias a tono con el nuevo reality. “El aporte de este programa -asume Lucas Hernández, productor periodístico– es trabajar para la playa, para que todo sea para el público más allá del show televisivo. Está todo montado para que la gente disfrute de los recitales, los desfiles, en Pinamar.” Conducido por el VJ de MTV Alejandro Lacroix, “La playa” se iguala a la nueva ola en su renovada búsqueda de impacto: exhibir los mismos chicos y chicas lindos en la arena con poca ropa, pero los pone a trabajar “para la gente”, como si la mera exposición de la vida privada fuera parte del pasado.
Para imaginar una mezcla entre “Popstars” y el español “Operación Triunfo”, la productora Promofilm optó por un híbrido sin crueldad: “Generación Pop” (desde el 2 de enero, jueves y viernes a las 22 por Canal 13) funda una academia de artistas comandada por Reina Reech para entrenarjóvenes talentos de 10 a 16 años, última variante para el boom por el descubrimiento de cantantes. El milagro Bandana tiró la piedra, y el “Popstars 2” y “La oportunidad de tu vida” disfrutan de los frutos de una industria del espectáculo pujante (discos de platino, record de recitales) aun en la Argentina en bancarrota. ¿Cómo seguir la buena racha y diferenciarse? “Acá no se eliminan chicos”, dice Franco Giorgiutti, productor ejecutivo del programa. “Es demasiado fuerte verlos, tan chiquitos, yéndose. No quisimos echarlos, sino premiarlos con distintas posibilidades: habrá un mejor actor, un grupo, un cantante solista. La idea es descubrir talentos, y que haya más premios que castigos. En ‘Generación...’ no habrá exclusiones, van a ser elegidos pero positivamente.”

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Reina Reech dirigirá la academia para jóvenes talentos que propone “Generación Pop”, en el 13.
 
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