UNIVERSIDAD
La pesada herencia que dejó la toma en Sociales
Tras la protesta estudiantil en el Rectorado, se abrieron varios frentes de conflicto entre las agrupaciones de la facultad de la UBA.
Por Javier Lorca
La toma del Rectorado de la UBA abrió un reguero de disputas dentro del movimiento estudiantil de la Facultad de Ciencias Sociales. La mayoría del MRS –el frente que desde hace dos años conduce el centro de estudiantes– consideró un éxito el anuncio que hizo el gobierno de la universidad sobre las alternativas que analiza para solucionar el problema edilicio de la facultad. Pero esa postura abrió una brecha dentro del mismo MRS, encarnada en la agrupación Venceremos. Además, con diferentes posiciones, agrupaciones como el PTS, el PO y el MST criticaron duramente al MRS “por quebrar la unidad del movimiento”. Y, como si fuera poco, La Vertiente (ARI) acusó a la conducción estudiantil de aprovechar la toma para postergar las elecciones y prorrogar los mandatos hasta el año que viene.
Es que, en noviembre, cuando promediaba la toma, deberían haberse realizado los comicios para renovar autoridades del centro estudiantil de Sociales. Pero nunca se hicieron y eso sumó un conflicto en la Federación Universitaria de Buenos Aires (ver aparte). “El MRS usó como excusa una lucha legítima para sacar provecho. Hizo una maniobra para prolongar el conflicto y postergar las elecciones. Se autoprorrogó indefinidamente el mandato –protestó Federico Montero, de La Vertiente–. Lo único que firmaron es que la elección se haría a principios del año que viene ‘siempre y cuando las condiciones lo permitan’. Dejaron la puerta abierta a otra postergación.”
Pero esa crítica fue desestimada por el Movimiento Refundación de Sociales (MRS) y aun por la mayoría de las agrupaciones trotskistas. Ambos sectores impulsan ponerle fecha a las elecciones en la primera semana del próximo cuatrimestre. “Hubiera sido incoherente hacer las elecciones tanto durante el proceso de lucha como después, cuando ya no había clases”, dijo Pablo Almeida, militante del MST. No obstante, Almeida también consideró que “el MRS entró en el conflicto haciendo una especulación electoral” y que, después, sus integrantes “no lucharon consecuentemente y partieron la unidad del movimiento. Por eso, aunque no fue una derrota, no se lograron los 5 puntos reclamados”. La alusión apuntaba a que la conducción del centro abrió una consulta entre los estudiantes y resolvió levantar la toma en oposición a lo resuelto por la asamblea permanente. Un planteo similar sostienen el PO y el PTS.
“La verdad es que la toma no fue planificada, nos agarró de sorpresa a todos. No hubo una cuestión electoral, fue un proceso que se venía construyendo desde principio de año, con todas las fuerzas incluidas”, dijo Dante Báez, de El Andamio, agrupación que integra el MRS y preside el centro. “Las cosas que se lograron fueron a partir de la lucha. La toma presionó y, aunque no hubo un compromiso por escrito, se consiguió que el rector asumiera un compromiso público por el tema del edificio. Eso fue un éxito. Y también que se atendiera el pedido por las becas de ayuda económica”, agregó Báez. Cabe recordar que al reclamo de una sede única para Sociales, el rector Guillermo Jaim Etcheverry respondió la semana pasada detallando que se analiza la compra y refacción de un edificio en La Boca o en Barracas, entre otras alternativas, y el alquiler de una tercera sede durante 2003.
La toma también explotó hacia adentro del MRS, cuando la Venceremos planteó sus diferencias. “La posición vacilante de El Mate y otras agrupaciones, y la del bloque más trotskista le hicieron el juego al Rectorado. Desgastaron al movimiento, construyeron un conflicto dividido. Y terminaron priorizando la disputa entre las agrupaciones por encima de las necesidades de los estudiantes. Fue una payasada. No hubo madurez política”, se despachó Maximiliano Moreno. Pese a las diferencias, la Venceremos no planea abandonar el MRS, como se rumoreó: “Queremos debatir, no romper. En un acuerdo puede haber matices, pluralidad de ideas”.