ESPECTáCULOS › LA MISSISSIPPI TOCA ESTA NOCHE POR PRIMERA VEZ EN OBRAS SANITARIAS
La rebeldía hecha blues argentino
El líder de la banda cuenta por qué cree que este recital marcará un hito en la historia y confiesa que sueña con un estadio aún mayor.
Por Cristian Vitale
El blues maneja sus propios tiempos. Tiempos distintos al de otros géneros populares comprendidos genéricamente bajo el rótulo de rock. Al menos en Argentina, sus cultores deben hacer un ciclópeo esfuerzo para llegar. Menos a Manal, le pasó a todos. Memphis esperó años para ser reconocido. Otros en los ‘70 –La Banda del Paraíso, Engranaje, Avalancha– no pudieron salir del ghetto y centenares de bandas, hoy, permanecen en el ostracismo, con pocas perspectivas de escapar al pub. La Mississippi, pese a su reputación, no elude las generales de la ley. Recién a 11 años de haber debutado con “Mbugi” (1991) se dará el lujo de tocar en Obras, sin telonear ni acompañar a nadie. “Somos animales de costumbre, por lo que nos costó asumir que teníamos que hacer un Obras con todo lo que ello implica. Pero este año revisamos algunas cuestiones y trabajamos con todo para lograrlo. Me parece que ‘Bit Hippie’ –séptimo y último disco– lo merece”, analiza Ricardo Tapia, el frontman. El recital de hoy en el templo del rock representa el último capítulo de presentación en vivo “Bit Hippie” editado a fines de 2001. “En dos horas vamos a tocar el 98 por ciento del disco. Y también habrá temas que no tocamos hace tiempo como ‘Mono’, ‘La Canción del Pescador’ y ‘No Preguntes’, promete el cantante.
–¿Qué significa para una banda de blues tocar en Obras?
–Implica pegar un golpe a nivel público, es un punto y a parte en nuestra historia. Nos parece que así Mississippi trasciende los límites del género. Durante años, nos ha hinchado bastante las pelotas que nos crean una banda de blues.
–¿Por qué?
–Es todo un tema. Por empezar, porque mucha gente que nos viene a ver no escucha blues. Lo mismo le pasa a Memphis. La popularidad que ambas bandas tenemos no es una característica del blues. Es algo más.
–¿Le da entonces para figurarse un River cerrando el 2005?
–Me figuro tantas cosas... De hecho, hace cinco años que vengo fantaseando con tocar en Obras. Podemos llegar a River en la medida que sepamos aceptar el lugar que ocupamos sin meternos para adentro. Que sé yo, para empezar me conformo con un Excursionistas.
El show servirá para coronar un año hiperactivo. De septiembre a esta parte, el grupo se dedicó a una gira interbarrial, un proyecto que lo llevó a recorrer 18 barrios de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. “La experiencia fue muy rica desde lo humano”, asegura Tapia. En Lomas, me encontré con un señor de 59 años que me dijo que el último show que había visto había sido el de Carlos Santana en los ‘70. Vivía a la vuelta del teatro en que tocamos.”
–¿Sigue intacto el perfil militante del grupo?
–Ya no me tomo tan en serio la militancia. Cuando era militante me lo tomaba en serio y no me llevó a ningún lugar. Ahora, que no me la tomo muy en serio, parece aflorar. A veces me surge escribir sobre las injusticias, pero tampoco me gusta exagerar en esa veta. Igual, hay temas sobre historias personales que terminan describiendo cuestiones sociales. Una historia de una persona puede describir la realidad mejor que explicando lo inexplicable.
–Los historiadores la llaman microhistoria. Es empezar de lo puntual, lo individual, para explicar lo general...
–En música el mejor ejemplo es Pedro Navaja. Si querés explicar en un nivel estructural quedás atado al tiempo. El realismo socialista ya mostró sus falencias hace muchos años. Hay que buscar otras formas de expresar la rebeldía.