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El premio de oro al director Carlos Gandolfo, ausente en la ceremonia, marcó el momento culminante de la entrega de los Premios ACE a la Producción Teatral 2001-2002, realizada en el teatro El Nacional. Las obras Copenhague, que acumuló un total de cuatro lauros en el rubro drama, y Tanguera, que hizo lo propio con cinco en el rubro de las comedias y musicales, resultaron las grandes vencedoras de la velada, cuyo desarrollo fue transmitido en vivo por Canal 7.
Tanguera fue uno de los pocos espectáculos que cumplió con la totalidad de sus objetivos al resultar premiado en cada uno de los rubros en que fue nominado por la Asociación de Cronistas del Espectáculo. “La verdad, arrasamos”, dijo Omar Pacheco, quien luego de proclamar su pertenencia al teatro off, reconoció que las distinciones recibidas constituyen el reconocimiento a la resistencia, “que es un patrimonio de la gente común y no de los políticos”. Siguiendo con la dinastía familiar, Diego Romay recibió el premio por su primera producción (Tanguera) bajo la mirada conmovida de su padre, el ex “Zar de la televisión”, Alejandro Romay. El joven productor afirmó que “la única manera de asumir riesgos grandes es de la mano de otros”. También agradeció a quienes lo apoyaron en los momentos de dudas y, entre ellos, al director Pacheco, al que definió como su “padre sustituto”.
La ovación más importante de la primera parte de la ceremonia, conducida por la presentadora Gabriela Rádice, fue para María Nieves (actuación femenina en musical), cuando confesó que éste era su primer premio después de 50 años de actuación. Además agradeció en nombre del tango, “al que yo di mi vida y por el que dejé pasar muchas cosas, y agradezco la confianza de Diego Romay, que me sacó del pozo donde estaba”. Con la platea ovacionándolo de pie, el actor Gogo Andreu no pudo reprimir la emoción al recibir el premio como actor protagónico en comedia. “Gracias, ACE: hace 83 años que lo estaba esperando”, comentó haciendo un juego de palabras. Finalmente, entre lágrimas, le ofreció el premio a Rosita, su esposa, que lo acompaña desde hace 60 años.
La mención a los problemas actuales de la Argentina definió el uso de la palabra de muchos de los premiados, como ocurrió con la coreógrafa Mora Godoy (Tanguera), que recordó los días de diciembre en los que los integrantes del elenco no podían salir del teatro al finalizar los ensayos porque en la calle “estaba ardiendo Buenos Aires”. También María Ibarreta (mejor actriz de espectáculo off) recordó que la ceremonia de desarrollaba en el Día Universal de los Derechos Humanos, remarcando que lo mencionaba con “la esperanza y el deseo de que se cumplan en nuestro país los derechos básicos, elementales para una vida digna”. El recuerdo a los actores desaparecidos estuvo presente en la voz emocionada de Cutuli (actor de reparto en comedia, premiado en la tercera oportunidad en que fue nominado), quien dedicó el galardón a Batato Barea y a Arturo Maly. Alberto Favero, por su parte, rescató el valor del trabajo en equipo como la única salida para los grandes logros.