ESPECTáCULOS
Una ruta sin retorno por el desierto de Australia
“La isla del tesoro”, imaginada por Robert Louis Stevenson, se presta ahora a un film de animación realizado por el mismo equipo de “La sirenita” y Aladino”. La historia es la misma, pero ahora transcurre en el espacio exterior. Por su parte, el film australiano “Bésame o mátame” se presenta como una “road movie” no convencional, con personajes excéntricos.
Por Luciano Monteagudo
“No confío en la gente, y menos en los hombres”, dice Nikki. Y tiene sus razones. Alguna vez, cuando era chica, presenció la terrible muerte de su madre, frente a sus propios ojos (la escena con la que se abre el film y que conviene no revelar), y de ahí en más su vida definitivamente no pudo ser como la de cualquier otro. Se sabe que pasó un tiempo en el reformatorio de menores y que allí conoció a Al, de quien nunca parece haberse separado. Ahora, Nikki y Al (Frances O’Connor y Matt Day) rondan los 25 años y se dedican a saquear a viajantes de comercio por las rutas de Australia, un paisaje tan vasto y desolado que por momentos da la impresión de expresar un vacío casi metafísico.
Cuando empieza Bésame o mátame –un título inspirado en unos versos de ese poeta del desasosiego y de la adolescencia que fue Dylan Thomas–, Nikki y Al están en plena tarea. Ella seduce en el bar de un hotel a un hombre gris cualquiera, le hace creer que no le importa que sea casado y que tenga hijos y se lo lleva a su cuarto. Para cuando el hombre empieza a desvestirse, cae fulminado sobre la cama. Entra Al y empieza a desvalijar la billetera y el cuarto, pero la víctima no parece apenas atontado por un somnífero, como debería. No respira, está muerto. Nikki y Al escapan, por supuesto, y del magro botín (un reloj, un puñado de billetes) les llama la atención un video, guardado bajo llave. Cuando lo vean sabrán por qué. Allí hay imágenes que pueden hacer de una estrella del deporte australiano un preso famoso, objeto de escándalo y escarnio. Y a Nikki y a Al ya no los perseguirá solamente la policía por la infinita planicie australiana. También estará detrás de ellos esa figura célebre, dispuesta a ponerles un tiro en la cabeza con tal de recuperar el video y asegurarse su silencio.
Los problemas del film del debutante Bill Bennett (que llega con cinco años de retraso a la cartelera de Buenos Aires) son evidentes. Se deja tentar, sobre todo al comienzo, por un montaje crispado, espasmódico, indudablemente gratuito, y al mismo tiempo no le presta demasiada atención a alguna inverosimilitud del guión. Pero las virtudes pronto empiezan a pesar más que los defectos, cuando la road movie alcanza su velocidad crucero. Allí aparecen algunos personajes curiosos, siempre interesantes, como ese administrador de un motel polvoriento, que parece un pariente lejano del Norman Bates de Psicosis y que homenajea a la pareja protagónica con una gigantesca pata de canguro asada. O ese matrimonio de hippies retirados, que viven en “un lugar muy privado”, un viejo campo de pruebas nucleares, ahora completamente abandonado, como si se tratara de la superficie de la luna. E incluso los dos policías encargados de seguir la pista de Nikki y Al, una extraña pareja que ofrece más de un momento de humor incómodo, corrosivo, “con diálogos que parecen escritos por David Mamet”, como señaló con precisión un crítico estadounidense.
Hay una profusa huella de sangre que va quedando detrás de cada paso de Nikki y Al, y nadie, ni siquiera ellos mismos, saben a quién atribuírsela. La paranoia crece entre ambos, pero lo singular de la película de Bennett (y de ahí quizás también la impronta del poema de Dylan Thomas que cita en los títulos) es que también se va fortaleciendo en ellos un amor capaz de desafiar al mundo exterior, un poco en la línea de Martin Sheen y Sissy Spacek en Badlands (1973), una magnífica road movie de Terrence Malickinjustamente olvidada. Todas esas referencias y excentricidades van sumando para que Bésame o mátame sea un film irregular, sin duda, pero también infrecuente, muy seventies y por lo tanto bastante distinto de la reglada oferta que tienen para brindar los shoppings en el páramo cinematográfico previo a la Navidad.
(Kiss or Kill) Australia, 1997.
Dirección, guión y producción: Bill Bennett.
Fotografía: Malcolm McCullow.
Intérpretes: Frances O’Connor, Matt Day, Chris Haywood, Barry Otto.
Estreno de hoy en los cines Hoyts Abasto, Village Recoleta, Paseo Alcorta, General Paz, Showcase Belgrano, Lorca, Cinemark Puerto Madero.