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El periodista uruguayo Jorge Gestoso, figura de CNN en Español, recibirá esta noche en Nueva York el premio Alfred I. du Pont que le otorgará la Universidad de Columbia por su investigación periodística “La doble desaparecida”, estrenada por la señal estadounidense en agosto de 2001. El especial recorre la historia de una mujer que en 1976 desapareció dos veces. Primero desapareció en Argentina, donde fue detenida, torturada y arrojada desde un avión al Río de la Plata. Posteriormente desapareció en Uruguay, donde su cadáver fue encontrado por un grupo de pescadores, que lo entregaron a las autoridades, de cuyas manos se evaporó. La investigación culminó exitosamente, ya que el equipo de Gestoso logró dar con el paradero de los restos y poner a su familia al tanto de lo ocurrido. Paralelamente a la entrega de la distinción al periodista, CNN en Español volverá a transmitir el documental esta noche a las 23, con repetición a la 1.
Para Gestoso, el premio “significa un orgullo, porque fue un trabajo que nos llevó más de un año hacerlo”, según comenta en diálogo con Página/12 desde Atlanta. Su trabajo –seleccionado entre casi 600 participantes– incluye 40 testimonios que incluyen al ex presidente estadounidense Jimmy Carter, Fidel Castro, Horacio Verbitsky, la presidenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Laura Bonaparte, y el ex fiscal del Juicio a la Juntas Militares Luis Moreno Ocampo, entre otros. La alusión del título se refiere a que en Argentina se sabía quién era “la doble desaparecida” pero no dónde estaba, mientras que en Uruguay se sabía dónde estaba pero no quién era: la Justicia de ese país decidió enterrar el cuerpo como “NN” en el ’76. El trabajo de Gestoso consistió en unir los datos y, luego de más de un año, se pudo saber quién era: María Rosa Mora, ciudadana argentina.
–¿Qué lo motivó a abordar la temática de los desaparecidos?
–La tremenda curiosidad de saber dónde están. Desaparecieron prácticamente 100 mil personas en América latina, y nunca se tuvo claramente la respuesta. Si desaparecen 100 mil personas en una región, alguien debería preguntarse dónde fueron a parar esas personas que, aparentemente, no están más.
–¿Qué impacto produjo la primera emisión del documental?
–Después de emitirlo, recibimos correspondencia electrónica de 26 países de todo el mundo. Pero hubo dos cuestiones que me parecieron relevantes: una es que hubo numerosas respuestas de mucha gente que había visto el programa con sus hijos, y decía que por primera vez habían visto una lección de historia que jamás fue contada ni en las escuelas ni en los centros de enseñanza. La otra fue el comentario que nos hizo llegar el hijo de María Rosa Mora, la mujer que nosotros llamamos “la doble desaparecida”. Textualmente dijo: “Quería contarte que a principios de 2002 falleció mi abuela Eusebia, madre de María Rosa Mora, y gracias a este documental se fue con un peso menos en el alma. Quizás a encontrarse con sus afectos en el más allá”.
–¿Qué lectura política permite realizar la investigación sobre la dictadura militar?
–La más sencilla es que si un grupo muy pequeño de gente, en una organización totalmente privada, solitos y contra todos los obstáculos, logramos aclarar este caso, si el Estado, o sea un país entero, se pone tras la clarificación de lo que pasó con este grupo de desaparecidos en toda América latina, este capítulo se podría aclarar, no fácil pero sí rápidamente.
–¿Qué le aportó la investigación a su percepción sobre lo sucedido en los `70?
–Aprendí mucho. Nunca supe, por ejemplo, que se había practicado la eliminación sistemática de seres humanos vivos tirándolos desde un avión al mar o a volcanes, como sucedió aparentemente en Chile. Ese tipo de detalles no los conocía y, en ese sentido, me ayudó a aprender también una lección de historia.