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Mantener el deseo. Recuperar la energía capaz de descifrar en el propio cuerpo y en “el otro”, las delicias del placer sexual. Liso y llano. Y a veces esquivo, claro. Pasado el enamoramiento inicial, suelen aquietarse los impulsos y las relaciones se estacionan en situaciones que, de permanecer, pueden resultar críticas. Cómo atravesarlas pareciera ser uno de los secretos mejor guardados de las sociedades occidentales: el sexo sigue siendo tabú, más allá de las revoluciones sexuales.
Esta certeza no le impidió a la televisión inglesa realizar un interesante ciclo dedicado a las motivaciones sexuales. Casi en clave de manual para colegio –por lo explícito de su narración– pero dirigido a un público adulto, ideó un ciclo que, con estructura de juego para parejas, se permite sugerir, dar ideas, consejos prácticos y propuestas creativas para mejorar la vida sexual, sin caer en estereotipos. La serie, que se titula “Asignatura X”, llega hoy a las 24 a la pantalla de Cosmopolitan (irá todos los viernes), con un capítulo en el que los consejos de Tracey Cox, la sexóloga conductora, se refieren a la “estimulación erótica” previa al acto sexual.
“¿Es usted bueno en la cama, le gustaría ser mejor?”, arranca la locución que, al igual que el resto del programa, sostiene un doblaje prolijo. Y detalla: “Veinticuatro parejas británicas aceptaron mostrar su vida sexual ante las cámaras, con el fin de ahondar en la búsqueda para obtener mejor sexo”. Así, tres parejas por episodio se presentan ante la experta. Unos van a casarse y quieren que su noche de bodas sea un maratón sexual. Otra pareja dice haber perdido la lujuria “porque somos muy amigos”. Se la pasan riendo y por eso muchas veces no pueden “tener sexo”. En otro caso, la que consulta es la mujer de una pareja con “mucho sexo”, pero ella quiere que él se involucre más “en la estimulación sexual que en el coito”. Mientras, la pantalla presenta datos como: “El 75% de las mujeres dice que la estimulación es más importante que el coito”.
La estructura es por demás sencilla, y no deja de ser efectiva. No es un reality, aunque tiene esa intención, ya que se supone que se trata de historias de parejas reales. Hablan con Cox en una entrevista en la que contestan sus preguntas sin vueltas. La devolución, o la sugerencia, forma parte del juego: ella les da un sobre, que deben abrir en sus casas, y allí encuentran la tarea asignada. Puede ser un juego de rol, en el caso de los “amantes-amigos”, como simular encontrarse en un bar como si no se conocieran. Ella vestida “con el traje más sexy que te imagines” y él simulando ser un soltero que quiere seducirla. En el caso de la noche de boda, sugiere “el juego de la virgen”: la novia vestida de virgen, posando para un álbum de fotos, muy íntimo. Claro, el fotógrafo es el novio.
Las personas actúan como si no hubiera guión, pero los modelos que cada caso ofrece y la resolución práctica que los participantes logran, de tan ideales, dan lugar a la sospecha. Pero aun si las parejas estuvieran “armadas”, se generan interesantes reflexiones sobre la sexualidad. Aporta, por ejemplo, en la sección “Consejos calientes”: “Quitarse la ropa puede ser excitante, no importa lo que se lleva puesto. Es cómo se lo quita lo que cuenta”, dice Cox. “Aprenda a provocar, desabotone lentamente, estire el cuerpo al quitarse un vestido y haga contacto visual con su compañero. No siga besando y pase la lengua en las partes de piel de su compañero que van quedando expuestas. Atraviese sus fronteras, explore: la ropa ajustada y brillante se vende mucho, y es hora de averiguar por qué.”
Así, el programa resulta un atrevimiento de la propia TV. Algo que en la tradición local remite al “Da2”, que conducía Karina Mazzocco. Así, “Asignatura X” puede resumirse como un juego a través del cual la TV replantea el modo de abordar la sexualidad. Además, se permite dar consejos, hilvanando las recomendaciones calientes con una figura versátil para presentar personajes de reality show.