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Los tiempos en que disfrutaba con el apodo de “el vikingo” han pasado. Ya no es el hombre fuerte de un gobierno ni está pensando en decisiones trascendentales. Durante un año y tres meses tuvo que desaparecer de la escena pública, pero ayer volvió. Chrystian Colombo, ex jefe de Gabinete de Fernando de la Rúa, es una de las cuatro incorporaciones de la Unión Industrial Argentina. Su misión será coordinar un nuevo departamento de desarrollo económico, aunque sus detractores, que dentro de la central fabril son varios, aseguran que ha llegado allí para blanquear su imagen y actuar como lobbista de los negocios que se presenten. Un ex colega suyo en el gabinete de la Alianza, José Luis Machinea, también fue rescatado por los industriales con un puesto similar después del caótico final del gobierno de Raúl Alfonsín.
El único cambio en el aspecto de Colombo es que luce más calmado. Habla de consensos, de la necesidad de proyectar a largo plazo y de trabajar para que esas ideas se concreten. Héctor Massuh, presidente de la UIA, es quien lo convocó. Ayer estuvieron juntos en un almuerzo en la sede de esa entidad, organizado para presentar a la prensa los nuevos asesores. Javier González Fraga se ocupará de elaborar mensualmente informes sobre la situación de la industria, con estadísticas e información cualitativa de 28 sectores industriales. Alejandro Mayoral tendrá a su cargo un Centro de Estudios para las Negociaciones Internacionales, mientras que Horacio Rodríguez Larreta (padre) manejará el departamento de relaciones internacionales.
Una de las preguntas obligadas fue por qué se eligió a Colombo, un hombre que proviene de las finanzas, vinculado al banco Macro-Bansud, de ideología afín a la de su amigo Fernando de Santibañes y cuyo último antecedente es haber estado en la primera línea de un gobierno que fracasó de manera estrepitosa. Massuh mencionó la necesidad de “rescatar a gente que intentó hacer cosas y no pudo, que es inteligente, honesta y prestigiosa”.
Por estos días la UIA se convirtió en noticia por su agitada interna, en vistas de la elección antes de fines de abril de sus nuevas autoridades. La pelea se relaciona con la política nacional, ya que se enfrentan sectores que responden al menenismo con otros que se alinean con el duhaldismo. En ese marco, la figura de Colombo viene a consolidar al primero de esos bloques. El ex jefe de Gabinete es un hombre de confianza de Enrique “Coti” Nosiglia, quien a su vez trabaja desde hace tiempo –como reveló Página/12– como operador de Carlos Menem. El candidato para presidir la UIA por ese espacio es Alberto Alvarez Gaiani, respaldado desde afuera por Alberto Kohan.
Colombo detalló algunas de sus iniciativas y se refirió en particular a dos. La primera es la recuperación de tierras inundadas en la provincia de Buenos Aires y la segunda diseñar un plan nacional para el transporte. Los críticos de Colombo recordaron que el proyecto para el dragado de la cuenca del Salado le interesa más a los ruralistas que a los industriales, salvo a un grupo en especial. Carlos Pedro Blaquier, directivo de Ledesma, viene haciendo lobby desde hace tiempo para que la UIA presione al Gobierno para que saque el agua de su campo en la cuenca del Salado. Son tierras ubicadas en Roque Pérez, en particular el famoso campo de Labiznaga. Los Blaquier quieren que el Estado se haga cargo de la recuperación de sus propiedades, pidiendo financiamiento al BID. La UIA ya se entrevistó con Felipe Solá por ese tema, provocando la indignación de fabricantes pymes bonaerenses y del interior del país, que no ven igual preocupación por ayudar a sus negocios.