ESPECTáCULOS › LITO VITALE Y JUAN CARLOS BAGLIETTO CUENTAN POR QUE DESARMAN EL DUO
“Esto es una separación civilizada”
A trece años de haber grabado su primer disco en conjunto, decidieron terminar la experiencia. No se pelearon ni enemistaron, aseguran. Por eso iniciaron una gira nacional de despedida que remata con dos shows en el Gran Rex.
Por Cristian Vitale
Con rigurosidad de sociólogo y precisión de relojero, Donvi dedicó bastante tiempo de sus días recientes a calcular cuántos kilómetros habían recorrido su hijo Lito (Vitale) y Juan Carlos Baglietto durante cuatro años de ruta. La conclusión a la que arribó torna superfluo cualquier comentario: casi 200 mil kilómetros recorridos para completar 314 shows..., lo que se equivale a cinco vueltas al planeta Tierra. Para Vitale hijo las razones del “aguante” tienen que ver con una cuestión de egos satisfechos. “Somos un dúo que nunca compitió. Cada uno sabe exactamente lo que es y ambos tenemos nuestras cargas solistas resueltas desde antes. Los egos siempre estuvieron controlados. Armamos el dúo por el placer de tocar y no para ver a quién aplauden más.” Ocurre que el dúo anunció su separación. Y para que la retirada sea decorosa armó una gira despedida que comenzó a principios de marzo en Mendoza y concluye el 12 y el 13 de abril en el Teatro Gran Rex. “Finalizó una etapa, ahora cada uno necesita armar sus cosas personales. Esto es una separación civilizada. En mi caso, la energía puesta en el grupo me había alejado de mi parte compositiva instrumental, tarea que pretendo recuperar ahora”, explica Vitale.
Minutos antes de la entrevista con Página/12, los músicos miran juntos un video de Paul McCartney en el colorido living de la casa de Lito. Se los nota distendidos: hacen chistes, alguna referencia a la banda musical del ex Beatle y toman gaseosas. Baglietto está inquieto, pero es su naturaleza; Lito, más tranquilo, imagina teclas en el sillón. El catarro y la tos le impiden expresarse con fluidez. Habla como puede. No hay nada que permita vincular la separación con peleas o discusiones. “Somos muy amigos y no hubo ningún tipo de ruptura personal”, aclara Lito. “Parece que en Argentina no fuera posible separarse sin platos rotos”, agrega el cantante. “Siempre están buscando la pelea para generar rating. Nos separamos simplemente por la necesidad de hacer otras cosas. Y nos despedimos sin llanto ni ruptura..., en realidad fueron años fantásticos. Seguramente nos encontraremos en algunos años en el recodo del camino y volveremos a tocar, pero no dentro de dos meses..., que quede claro.”
El repertorio que ambos tienen planeado presentar en el Rex recorre canciones de los cuatro discos que grabaron, Postales de este lado del mundo (1990), Postales del alma (1999), No olvides (2002) y Qué más hacer en esta tierra incendiada sino cantar (2001). “La idea es hacer un muestreo de la trayectoria del grupo, tratando de reflejar su costado más dramático. Si bien habrá partes distendidas, se trata más bien un set pesado que intenta movilizar con poesías fuertes”, define Lito. Baglietto coincide en general, aunque agrega el dato de color. “Nuestros shows son como una obra de teatro. Hay momentos densos hasta que alguien tira un chiste y afloja. Hay partes emocionantes, otras tensas y un lugar para la improvisación y el regocijo. Combinamos máquina y relax.”
–¿Podría pensarse que se separan por carencia de ideas nuevas?
Baglietto: No. No nos separamos porque no dé más lo que hacemos. No es una cuestión de desgaste o hastío. Estamos dejando de tocar juntos en un momento en el que el público nos acompaña incondicionalmente.
–Es raro entonces que no haya pesado esto en el momento de decidir la separación.
B.: Es que siempre respondimos a nuestras necesidades directas y recién después, por coincidencia, tuvimos llegada al público. Jamás fue al revés. Nunca nos planteamos qué hacer para seducir a la gente. Más bien fue un acto de seducción natural a partir de nuestras necesidades grupales. En el momento de decidir el parate, no pensamos en qué iba a pensar el público. Actuamos igual que cuando elegimos el repertorio..., somos bastante egoístas en este aspecto.
–En el caso de Lito está claro que va a continuar con el quinteto, inclusive ya editó un disco. ¿Usted qué piensa hacer?
B.: Probablemente participe de una comedia musical basada en El Principito. Por otro lado, seguiré trabajando para otros artistas con mi empresa de sonido.
–El último disco solista que editó, Luz Quitapenas, data de 1996. ¿No extraña su carrera solista?
B.: Si me da la cabeza, hacia fin de año recién empezaré a pensar la posibilidad de grabar otra vez.
–Una separación siempre obliga a un balance general, fueron cuatro años de música y anécdotas, ¿qué les dejó la experiencia?
Lito Vitale: El balance es altamente positivo, más allá de los resultados o de lo que piense la gente. Creo que dejamos nuestro paso sellado en la historia mediante las versiones de tangos con toques personales, particularidades bastante inexploradas.
J. B.: Nos fue bastante mejor de lo que esperábamos en un comienzo. Vale recordar que nos juntamos casi en forma irresponsable y después pasó que la yunta causó algo importante: muchos discos vendidos, premios, etc.
–¿Cuál es el disco que más los satisfizo?
J. B.: Postales del alma y Qué más hacer.... Cuando grabamos el primer Postales... la cosa era seca, fría. No nos conocíamos bien. En cambio, en el segundo ya habían pasado casi 10 años y una buena cantidad de shows. Fue menos pretencioso. Las versiones salieron más naturales, menos forzadas.
Lito se para a cada rato para atender el teléfono mientras Juan repite dos o tres veces que el disco que más escucha hoy es Mundo, de Rubén Blades. “También me gusta el de Jorge Fandermole –agrega–, y un poco de Bersuit Vergarabat o Divididos.” Vitale, en cambio, habla maravillas de la banda de Gustavo Cordera. “Soy un fana a muerte de los Bersuit. Son coherentes en el discurso. Es un grupo que va a hacer historia dentro de la música argentina..., en el otro extremo poné a Ricardo Arjona. Lo que hace es una mierda”, define.
–¿Qué otros discos recientes le gustan?
L. V.: Están muy bien el último de Cerati –Siempre es hoy– y la movida instrumental, basada en las obras de Javier Malosetti, Luis Salinas y Adrián IaIaies. Carajo, la banda heavy, también me gusta.
–Algunas vez los definieron como un dúo de música adulta o seria, ¿acuerdan con esa opinión?
L. V.: Yo tengo fama de tipo muy serio y muy aburrido. Y reconozco que en parte lo soy, pero no al extremo. Sin embargo, es cierto que los conciertos no son muy divertidos...
J. B.: No creo que pase por ser o no divertidos. Para divertidos, están Los Auténticos Decadentes. Pero en nuestros conciertos pasan un montón de cosas que están bastante lejos de la solemnidad. Mucha gente del medio nos tenía como unos plomos y después se sorprendió. ¡Se creían que éramos dos gordos pelados sentados en banquetas!..