ESPECTáCULOS › “EL NUCLEO”, UNA PELICULA AL VIEJO ESTILO CATASTROFE

Viaje al centro de la Tierra

 Por Martín Pérez

Una treintena de usuarios de marcapasos caen súbitamente muertos en las calles de Boston. Las palomas de la tan londinense Trafalgar Square enloquecen y comienzan a chocar contra todo y contra todos. Un transbordador espacial que reingresa en la Tierra en el lugar equivocado improvisa un aterrizaje de emergencia en el tan cinematográfico río de cemento de Los Angeles. Con estos tres accidentes comienza El núcleo, un film catástrofe con ambiciones un poco más amplias. Aunque, a decir verdad, su verdadero comienzo es con un guiño: apenas aparece la montaña de la Paramount, en vez de dejar brillar las estrellitas la imagen se hunde en las profundidades de la Tierra. Porque de eso se trata El núcleo. De un viaje al centro de la Tierra, para darle un empujoncito y que así vuelva a girar.
Con una excesiva duración de dos horas y cuarto, y una trama que es mitad Viaje al centro de la Tierra y la otra mitad Viaje fantástico, El núcleo es un film catástrofe muy limitado. Con más referencias que realidades, lo que hace es juntar personajes, meterlos en una nave y enviarlos al centro de la Tierra. La clave para que semejante idea sea posible es un material indestructible apropiadamente llamado “Unobtanium”, que permite imaginar la existencia de semejante misión sin que sus protagonistas sean triturados por la presión. Pero allí parecen terminarse todas sus ideas. Porque El núcleo es un film que sólo tiene eso, un núcleo. Pero carece de todo lo demás. Con efectos especiales deliberadamente antiguos, sólo puede recurrir al tradicional efecto especial de las películas clase B, que son las (sobre) actuaciones ante las inevitables tragedias.
Juego de guiños entre realizadores, actores y espectadores, El núcleo es un film de género que sólo tiene eso para ofrecer: los guiños del género. Y no mucho más. Sus catástrofes no son tan catastróficas, sus aventuras no son realmente tan aventureras. Y sus protagonistas, incluso, no son tan protagónicos. Al punto que tal vez la única atracción del film, una vez planteado el mecanismo de su aventura, sea intentar adivinar cuál será el orden en que serán sacrificados los aventureros. Con un comienzo dinámico y entretenido, simpáticos remates de diálogos, y apenas alguna que otra escena sorprendente, El núcleo es un film atrapado en las evidentes limitaciones de su planteo inicial. “Ir al espacio es fácil, porque está vacío”, dirá uno de sus protagonistas. “Pero ir al centro de la Tierra es mucho más difícil, porque está lleno”. Y tan lleno está ese centro, que un film como El núcleo apenas si logra moverse. Y eso que tiene más de dos horas para intentar hacerlo.

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