EL MUNDO › EN DETALLE
Uno que no usa Bush en USA
El Pentágono anunció ayer que sus hombres han capturado parte del aeropuerto de Bagdad, donde podrían aterrizar tropas aerotransportadas para cerrar la ofensiva contra la capital. Y tropas especiales angloestadounidenses ya estarían operando allí.
Por Martín Granovsky
Stop the war. Mientras los marines toman el aeropuerto de Bagdad, o intentan hacerlo, algunos se plantean instrumentos concretos de paz. Tan concretos que hablan de parar la guerra ya mismo y proponen una alternativa. Dennis Kucinich, diputado demócrata por Ohio, que encabeza la oposición contra la guerra en la Cámara de Representantes, leyó este comunicado en el recinto: “Paren la guerra ahora. Bagdad ya está rodeada y entonces llegó el momento de que las Naciones Unidas vuelvan a inspeccionar Bagdad y el resto de Irak en busca de armas químicas y biológicas. Nuestras tropas no deberían ser las que en medio del combate sepan si hay o no ese tipo de armas. ¿Por qué poner a las tropas cerca de un peligro tan grande? Que regresen los inspectores. Paremos la guerra antes de enviar soldados a un combate casa por casa en Bagdad, una ciudad de cinco millones de habitantes. Antes de pedirle a nuestras tropas que carguen con la responsabilidad de disparar a civiles inocentes. Paren la guerra ahora. Esta guerra está cimentada en mentira tras mentira. Irak no fue responsable del 11 de septiembre. Irak no fue responsable por lo que Al Qaeda pueda haber hecho el 11 de septiembre. Irak no fue responsable de los ataques con antrax contra este país. No trató de comprar tecnología nuclear de Níger. Esta guerra se basa en falsedades. En Irak, no estamos defendiendo a los Estados Unidos. Irak no nos atacó. No tiene la capacidad suficiente para atacarnos. Cada víctima civil significa una amenaza futura a los Estados Unidos durante los próximos años y hará que nuestro país sea menos seguro. Los 75 mil millones de dólares suplementarios deben ser rechazados porque cada centavo utilizado en esta guerra hará menos seguros a los Estados Unidos. Solo la cooperación internacional nos ayudará a vencer el desafío terrorista. Todos los norteamericanos recuerdan cómo después del 11 de septiembre recibimos el apoyo y la simpatía del mundo. Todos los Estados se mostraron dispuestos a colaborar con los Estados Unidos. Ahora, con esta guerra, nos enajenamos la simpatía del mundo. Atraemos la ira del mundo. Y necesitamos al mundo para encontrar a los terroristas antes de que lleguen a nuestras costas. Reducción de impuestos, dinero para la guerra pero no para los veteranos de guerra, ni para seguridad social, ni para salud. Solo para volar puentes sobre el Tigris y el Eufrates, pero no para construir puentes en nuestras propias ciudades. Dinero para arruinarles la vida a los chicos iraquíes pero no para mejorar la salud de nuestros chicos y nuestros programas educativos. Esta guerra es equivocada, ilegal, injusta y no será buena para nosotros. Rescatemos a nuestro país”.
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Suplicy sopla en el viento. Donna Hrinak, embajadora de los Estados Unidos en Brasil, es una diplomática especial. Su padre fue dirigente sindical de los metalúrgicos, igual que Luiz Inácio Lula da Silva, y ella misma dijo cuando Lula ganó las elecciones que su biografía, de pobre del nordeste a presidente, cumplía con las reglas del “sueño americano”. Eduardo Suplicy también es un político especial. Senador por el Partido de los Trabajadores, ex marido de la alcaldesa paulista Martha Suplicy y hombre de fortuna, hace tareas de militante de base y no tiene vergüenza de llamar la atención cuando le conviene. Ayer Suplicy, que preside la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, recibió a Hrinak como hace dos semanas lo hizo con el embajador de Irak en Brasil. La embajadora habló poco. Adujo un compromiso urgente y se fue sin contestar preguntas. .Se perdió una ocasión de demostrarle respeto al Senado brasileño., dijo el legislador. Antes, Suplicy había tratado de aparecer convincente con la diplomática. Le recitó “Blowing in the wind”, de Bob Dylan. Y se detuvo en una parte de la canción: “¿Cuantas veces ha de mirar un hombre hacia arriba/para poder ver el cielo?/¿Cuántos oídos tiene que tener un hombre /para oír los lamentos del pueblo?/¿Cuántas muertes mas tendrá que haber/para que sepa que ha muerto demasiada gente?”. En septiembre último, Suplicy fue más lejos. No recitó sino que cantó “Soplando en el viento” en la tribuna de un acto por la paz.
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Negocios incompatibles. Otro representante, John Conyers Jr., de la poderosa Comisión de Justicia, envió un mensaje al secretario de Defensa Donald Rumsfeld sobre Richard Perle, el ejecutivo de una empresa de comunicaciones que debió dejar la presidencia del Consejo Asesor del Pentágono por intereses incompatibles pero continuó como miembro del organismo. El propio Perle, cita el diputado, escribió en The Wall Street Journal que se deben revelar en público los intereses financieros de un asesor y luego analizar si hay o no conflicto de intereses. “La alternativa, si no se hace esto, será enfrentar una dañina serie de revelaciones sobre potenciales conflictos de negocios de los miembros del Consejo”, dice Conyers. “Justo ayer por una investigación propia supe que Perle es miembro del directorio de Onset Technology, líder mundial de la tecnología de conversión de mensajes.” Uno de los clientes de Onset es Bechtel, una contratista del Estado “que es considerada como la principal candidata a reconstruir la infraestructura de Irak”. También está en la empresa Raytheon, proveedora de electrónica para la defensa útil para los misiles Patriot y Tomahawk, y DigitalNet, una compañía de comunicaciones que también es contratista del Pentágono. Lo que se dice una perle.