ESPECTáCULOS
Quieren crucificar a Mel Gibson por “La pasión”
Por Rocío Ayuso
Desde Los Angeles
The Passion, una película del actor, director y productor Mel Gibson sobre las últimas doce horas de la vida de Jesucristo, está en el centro de una fuerte polémica en Estados Unidos, antes, incluso, de encontrar distribuidor. Las críticas le llegan por todos los lados: la califican de “anticatólica” los católicos, de “antisemita” los judíos y de “locura” aquellos que no ven mercado para un film rodado en latín y arameo y que Gibson quiere estrenar sin subtítulos. Este último tema está en el centro de todas las críticas con que carga este film, rodado en los estudios Cinecittà en Roma por 25 millones de dólares y producido por la propia compañía de Gibson, Icon Films, que debería llegar a las pantallas el próximo año. Eso si llega, porque, por el momento, la película protagonizada por Jim Caviezel como Jesucristo, Maia Morgenstern como la Virgen María y Monica Bellucci como María Magdalena, no ha sido capaz de encontrar quién la distribuya.
“La pasión es una película que quiere inspirar, no ofender”, aclaró el australiano Gibson a la revista de Hollywood Variety ante los ataques que está recibiendo su nuevo intento como director desde que ganara el Oscar en este campo con Corazón valiente y consiguiera éxito de boletería con El patriota. Esta es su primera respuesta oficial a los comentarios difundidos tanto por grupos judíos como católicos, los primeros temerosos de que la visión de Gibson de la crucifixión de Jesucristo vuelva a abrir heridas cerradas hace siglos por el Vaticano. En el caso de los católicos, su preocupación radica en las posibles herejías contenidas en un guión que dice ser la verdadera versión de lo que le pasó a Jesús.
Como la estrella de Hollywood explicó en una de sus pocas entrevistas sobre este tema, concedida a la cadena de televisión conservadora Fox News, La pasión es el fruto de un sueño personal. “Sentía una profunda necesidad de contar esta historia”, reconoció en referencia a este fragmento del Nuevo Testamento porque, pese al centenar de versiones que se hicieron en el cine, ninguna le gustó. El actor australiano –que es devoto y católico tradicional, tiene 47 años y es padre de siete hijos– respondió a aquellos que piensan que está loco por concretar este proyecto que “quizá lo esté”. “Pero tal vez sea un genio”, añadió en la misma entrevista, antes de explicar que no pensaba “endulzar” el dolor y la crueldad que acompañan actos como la flagelación y la crucifixión. “Mi intención llevando esta historia a la pantalla es la de crear una obra de arte duradera que genere un debate serio entre un público de diferentes credos (o de ninguno) con un conocimiento diverso de los hechos”, ha aclarado ahora, en su último comunicado, en un intento de aplacar una polémica que llevó a la organización judía Liga contra la Difamación a solicitar explicaciones.
El escándalo se vio avivado tras la publicación, en el diario The New York Times, de un artículo que destacaba unas divisiones religiosas del padre del actor, Hutton Gibson, que se encuentran fuera del catolicismo por ir en contra de lo acordado en el Concilio Vaticano II. Para colmo, alguna vez Gibson padre también expresó sus dudas sobre el Holocausto judío. El temor de ambos grupos religiosos es que el más joven de los Gibson pueda expresar este mismo tipo de ideas en su película. “No odio a nadie, y desde luego no a los judíos”, ha subrayado el intérprete que ha protagonizado películas como Mad Max y Arma mortal en una industria donde predomina la comunidad judía, como es la de Hollywood. “El antisemitismo no sólo está en contra de mis creencias personales, sino que es contrario al mensaje que reside en mi película”, añadió. Sus comentarios pueden estar dando resultado, en vista de las disculpas expresadas por el concilio de obispos católicos por haber basado sus críticas en las copias del guión obtenidas sin permiso y que al parecer ni siquiera forman parte de la última versión del film.