ESPECTáCULOS
Un noticiero que testimoniaba (y reescribía) la historia del país
El ciclo “Visionario”, de Canal 7, concluirá hoy con la emisión de un programa que repasa la trayectoria de “Sucesos Argentinos”.
Por Mariano Blejman
Es la primera versión audiovisual de la historia argentina. De imágenes pulcras, acompañadas de infaltables adjetivos, el noticiario cinematográfico “Sucesos Argentinos” encierra 34 años del país, entre 1938 y 1972. De modo acartonado para las formas actuales de narración, daba cuenta –unos minutos antes del comienzo de la película, en todos los cines del centro y en los principales del barrio– de inauguraciones de fábricas, caídas de gobiernos, bombardeos, visitas presidenciales, la llegada del hombre a la luna o la formación de China comunista, entre otras noticias que pasaron por aquel emprendimiento que siempre caía, como el caballito de la presentación, bien parado ante los gobiernos de turno. Un destino rocambolesco –que merece una investigación aparte– tuvo el destino de esas cintas que registraron los acontecimientos públicos y privados de un país que, a los ojos de las cámaras de “Sucesos Argentinos”, siempre fue próspero y rutilante. Muchas rollos permanecen en el Museo del Cine dirigido por David Blaustein (el realizador de los documentales Cazadores de utopías y Botín de Guerra), quien junto a Andrés Habbeger (autor de Historias cotidianas) realizó Suceso / Sucesos, un programa sobre la historia de “Sucesos Argentinos”, que se verá hoy a las 19.30 por Canal 7 en la última emisión del ciclo “Visionarios”.
“‘Sucesos Argentinos’ fue el primer noticiero cinematográfico regular y también el que más perduró en los cines”, explica Blaustein a Página/12. En el material archivado en el Museo del Cine se encontraron las segundas y terceras emisiones de la empresa creada por Antonio Angel Díaz en agosto de 1938. Un pasaje refiere la noticia de la muerte de Alfonsina Storni en el mismo 1938 y más adelante siguen imágenes de increíble calidad técnica de algunos discursos de Perón. Díaz fue un verdadero visionario que inventó lo que sería un boom comunicacional durante casi tres décadas, hasta que el auge de la televisión diera por tierra con la costumbre argentina de ver noticias en el cine. Porque durante años el cine fue el único espacio de información audiovisual del país. “No había otra cosa”, dirá el polaco Tadeo Bortnowski, uno de los entrevistados, que fue director técnico-artístico entre 1948 (cuando recién llegaba de filmar la Segunda Guerra Mundial) hasta 1972. También están en el documental los testimonios de Reynaldo Peralta, camarógrafo entre 1960 y 1970 y Carlos de la Fuente, camarógrafo entre 1954 y 1972. Sus recuerdos analizan aspectos técnicos y de realización, pero no sólo eso: “Se describen importantes hechos personales ocurridos alrededor de la producción del noticiero que hiciera historia y que en muchos casos la escribió”, cuenta Blaustein.
“Sucesos Argentinos” fue sinónimo de lo que era hacer un noticiero para América latina. Duraba ocho minutos, tenía una noticia nacional, una editorial, un flash, una noticia del exterior y solía cerrar con información deportiva. “Los partidos no se filmaban completos. Y teníamos tremendos problemas para filmar goles”, recuerda Bortnowski. Sus imágenes solían tener discursos patrióticos, solemnes y didácticos ante un espectador poco acostumbrado a noticias audiovisuales. “No había investigación periodística, ni críticas. Nosotros íbamos a ver las cosas lindas que había en el país”, recuerda Peralta. Por ejemplo, en Córdoba se había inventado un “bacheador” instantáneo que tapaba los agujeros en las calzadas y terminaba de sellarse con el paso de los vehículos.
Durante años, “Sucesos Argentinos” tuvo pocas noticias “comerciales”, ya que vivía más bien de subsidios estatales. “Aunque algunas teníamos que hacer”, confesará Bortnowski. Esas noticias fueron los antecesores de los “chivos” que tan bien aprendió a hacer la televisión actual. “A través de “Sucesos Argentinos” se pudo conocer el rostro de personalidades políticas, culturales y del espectáculo que hasta ese entonces les erandesconocidas, así como también presentar las imágenes de importantes hechos nacionales e internacionales”, cuentan los realizadores.
Los cortos tenían una calidad técnica admirable. Y ser parte de la familia “Sucesos” llevaba a los trabajadores a convertirse en galanes de la imagen. Incluso sus propios atuendos cambiaban apenas ingresaban por pedido expreso de Angel Díaz, que solicitaba uso de trajes y peinados a la gomina. La presencia era esencial en todas sus formas. Pero detrás de aquella imagen acartonada de pretendida objetividad había en “Sucesos Argentinos” “un lugar de poder privilegiado que construía la realidad social de acuerdo a sus propios parámetros ideológicos. Fue un lugar de poder que mantuvo siempre una relación conflictiva con el poder político de turno y fue esencialmente un medio de comunicación popular y eficaz”, explica Blaustein. Durante años, “Sucesos Argentinos” formó parte de la SIP (Secretaría de Información Pública) y muchas de esas cintas permanecieron guardadas en Casa de Gobierno hasta hace pocos años, en que fueron descubiertas azarosamente.
Todos recuerdan las corridas para llegar a los estrenos de los jueves en Buenos Aires, aunque a veces tardaban un mes hasta alcanzar a los 800 cines repartidos en todo el país. El trabajo cuenta cómo fue el golpe a Illia filmado sólo por “Sucesos Argentinos” fuera y dentro de Casa de Gobierno y cómo Carlos de la Fuente perdió una pierna filmando en el bombardeo de 1955. Habrá en Suceso / Sucesos imágenes muy poco vistas de la carnicería del bombardeo que fue Plaza de Mayo antes del derrocamiento de Perón.
La primera visita de Frondizi después de asumir fue a la sede de “Sucesos Argentinos”. A la salida el público “agradece sonriendo”, dice esa voz inconfundible que tuvo a Eduardo Rudi, Enrique Mancini, Jorge Paz y Cacho Fontana como relatores. También hay notas sociales sobre el “atropello de inadaptados” que rompían carteles en la ciudad. Los entrevistados hablan con un dejo de nostalgia del fin de los subsidios en la época de Onganía y el cierre de “Sucesos” (que dio lugar a una cooperativa que duraría hasta 1974). Guardar la memoria es una tarea difícil en este país. “Sucesos Argentinos” adquiere un valor testimonial para comprender lo que sucedió durante treinta años de historia argentina. Y, además, ayuda a entender cómo se vio “lo que pasaba” en los cines de aquellos años.