ESPECTáCULOS
“El quinteto da muchas posibilidades para jugar”
El ciclo “La milonga escucha”, que se desarrolla los domingos en Porteño y Bailarín, propone una variante en el circuito milonguero: la actuación de quintetos de prestigio, para darle respiro al baile.
Por Karina Micheletto
En los locales del circuito milonguero porteño, con sus lugares y días de funcionamiento estrictamente dispuestos en el calendario tanguero, la propuesta pasa por la danza. Desde el mes pasado, uno de los puntos importantes de ese circuito, la milonga Porteño y Bailarín (Riobamba 345), propone una nueva experiencia: un ciclo de música joven tanguera “para escuchar”. Y comienza convocando a quintetos instrumentales de prestigio, para hacer una pausa en el baile, todos los domingos a las 19. Hoy termina su ciclo de presentaciones el Quinteto Ventarrón; en septiembre seguirá Pablo Mainetti Quinteto y en octubre actuará Marcelo Mercadante con su Quinteto Porteño. Después de los conciertos, llega el turno de las clases de tango, los shows de músicos y bailarines y, por supuesto, de la milonga general.
El ciclo “La milonga escucha” comenzó el mes pasado con la presentación del quinteto de la pianista, arregladora y compositora Sonia Posetti, una conocida instrumentista del ambiente tanguero, y con una única actuación de Marcelo Mercadante. Fue una de las pocas oportunidades en que se pudo escuchar en la Argentina al joven bandoneonista radicado en Barcelona, que desde hace diez años pasea el tango por Europa y que estuvo en el país acompañando a Joan Manuel Serrat.
Todos los grupos programados proponen versiones propias de tangos de distintas épocas, tanto instrumentales como cantados, a los que suman nuevas composiciones de los integrantes del conjunto. El Quinteto Ventarrón, integrado por Gustavo Margulies, Roberto Calvo y César Angeleri en guitarras, Marcos Ruffo en contrabajo y Néstor Basurto en guitarrón y voz, está presentando los temas de su primer cd, Tango & Guitarra, más algunos “estrenos”, como su versión de “Nieblas del Riachuelo”. Con prestigiosas trayectorias, todos los integrantes de Ventarrón pasaron por la música clásica y el folklore, en diferentes formaciones. “Pero por sobre todo nos une una pasión común: somos fanas de la guitarra y de conjuntos relacionados con el instrumento”, aclara Margulies. Para el músico, el hecho de que ésta sea una formación que se circunscribe a las cuerdas, lejos de limitar las posibilidades musicales, abre otros desafíos: “Con la guitarra es otro el juego que hay que jugar, hay que ser más sutil en algunos puntos, parecerse y distanciarse en timbres, toques, a dedo o de púa. Todos tenemos formaciones y toques muy distintos y ésa es una de las riquezas del grupo”, explica el guitarrista. Las referencias de la agrupación pasan por Roberto Grela, los guitarristas de Gardel, el Trío Odeón, el Palermo Trío y llegan hasta Juanjo Domínguez. “No estamos en un camino nuevo, para nada, pero sí buscamos que lo que hacemos tenga un toque propio y distintivo, y sea original”, detalla Margulies al definir el estilo de Ventarrón.
El bandoneonista Pablo Mainetti integró las orquestas de Néstor Marconi, Daniel Binelli y Atilio Stampone, entre otros, y actualmente está al frente de un quinteto que se completa con Leonardo Ferreyra en violín, Germán Martínez en guitarra, Hernán Possetti en piano y Marisa Hurtado en contrabajo. “El quinteto es una formación fantástica, te da muchas posibilidades de juego y permite la posibilidad de ser ágil y contundente a la vez. Eso es fácilmente reconocible en los grandes del tango, hay referencias muy potentes en los quintetos de Piazzolla o de Salgán”, explica el músico. Además de los temas de su último trabajo, Hotel Victoria, la agrupación presentará en Porteño y Bailarín el material del disco que acaba de grabar y que todavía no tiene nombre. “La idea de este nuevo trabajo es buscar sonoridades distintas a nivel de orquestación. Poco a poco vamos tejiendo una sonoridad propia, que es la que define la personalidad de este quinteto”, asegura Mainetti. Porque, aunque se trate de un ciclo cuyo eje pasa por las formaciones de quintetos, los sonidos ylas búsquedas son diferentes. Y eso es lo que propone descubrir “La milonga escucha”, aunque se guarde un espacio para que los bailarines copen las pistas de la milonga, después de cada presentación.