ESPECTáCULOS › “LA CASA DEL ESPANTO”, DEL ESTADOUNIDENSE UWE BOLL
Verdaderamente, un espanto
Por Martín Pérez
Cinco amigos se pierden el barco que los llevará a una isla donde se desarrollará una rave que promete durar todo un fin de semana. Son tres chicas y dos chicos: una morocha, una rubia y una negra completan la oferta femenina, un chico lindo pero medio tonto y otro que lo único que sabe es vomitarse encima y caerse en los baños químicos por el lado de los chicos. Conseguirán que un pesquero los acerque a su destino de fiesta, pero sobre el que flotan ciertas dudas. Después de todo, que la isla en cuestión se llame Isla de la Muerte no promete demasiado. Orgullosamente basado en un videojuego Sega, La casa del espanto es un espanto de película. Así de simple. Hace tiempo que no se veía un estreno tan berreta en las pantallas locales. Con asesinatos que no se muestran en cámara, una tragedia en una rave que apenas si se puede inferir y todo el presupuesto gastado en un par de sets oscuros, La casa... tiene sus zombies y sus guerreros dedicados a matarlos, pero ni siquiera los inserts del videojuego utilizados como separador pueden bajarle la calidad a un producto infumable. Y eso a pesar de que todas las chicas de la película parecen ser incapaces de no mostrar sus pechos. Para estar basada en un juego que apenas si se trata de dispararle a los zombies, La casa... es asombrosamente fiel al material original. Es más, los disparos comienzan demasiado tarde. Eso sí, sin un joystick en la butaca, lo mejor que pueden hacer los fanáticos de House of the Dead ante semejante película es abandonar la sala cuanto antes, e irse a jugar al videojuego.