ESPECTáCULOS
Mina, la italiana de los enigmas
Elena Roger, actriz y cantante de larga trayectoria en musicales, explica por qué decidió darle forma a Mina... che cosa sei?
Por Cecilia Hopkins
Nacida hace 64 años, la italiana Mina Anna Mazzini –más conocida como Mina– dejó de cantar en público hace un cuarto de siglo, pero continúa editando un disco por año. Carismática y personal, la diva –que grabó más de 40 discos y llegó a vender más de 55 millones– amplió su repertorio basado en la canción popular, abrevando en todo tipo de géneros hasta el punto de incursionar en la música sacra. Recluida en su refugio de Lugano, Suiza, hace tiempo que Mina no recibe al periodismo. Sobre las razones de su alejamiento de los escenarios, desde hace años que circula el rumor de que la cantante llegó a pesar más de 100 kilos. Sin embargo, hace tres años accedió a presentarse en un espectáculo on line en el cual se la vio como en sus mejores días, recuperada, además, del estado depresivo en el que había caído tras perder a su hermano en un accidente de tránsito y, más tarde y del mismo modo, a su segundo marido. Inspirado en esta diva emblemática de los ’60 y ’70, el espectáculo Mina... che cosa sei? vuelve a reunir a tres de los artistas que tomaron parte en la exitosa Jazz, swing, tap: la cantante Elena Roger, en el rol protagónico, acompañada por el músico Diego Reinhold y Valeria Ambrosio, esta vez en su debut como puestista. Con la dirección musical de Gabriel Goldman, el show vuelve a escena (sólo hizo tres funciones a fines del año pasado) de miércoles a domingo, en el Teatro Metropolitan 2 (Corrientes 1343).
Estructurado en torno al amplio repertorio de la diva, el espectáculo no intenta ilustrar la biografía de la “tigresa de Cremona”, llamada así en homenaje a la ciudad en la que Mina vivía en 1958, cuando comenzó su carrera. Si bien Roger buscó documentarse, aclara que “no fue con la idea de copiarla en su modo de cantar, ni siquiera físicamente”. Así entonces, la actriz y cantante no emulará el personal look de la italiana que llevaba las cejas completamente depiladas y los párpados repintados de negro. Esta obra pensada como tributo se centra en la idea de teatralizar sus temas: “Mina tenía mucha garra e interpretaba teatralmente las canciones; las letras se prestaban para eso, son muy gráficas”, resume Roger, quien vio todos los videos que pudo sobre la época en la que Mina trabajaba para la RAI, cuando era la estrella de shows televisivos como Canzonissima y Studio Uno.
A Roger le queda, claro está, la intriga acerca de cómo habría interpretado en público las canciones que grabó tras retirarse de la escena, y es en ese margen donde se propone desplegar su creatividad como intérprete. Porque, ¿cómo saber cómo hubiese cantado Lo shampo, un tema en el que una mujer, para disipar su aburrimiento, decide lavarse la cabeza? “Las letras de Mina tienen mucho que ver con lo cotidiano: una mujer que va al supermercado y se enamora de todos los hombres que ve, una que visita al médico y le pide todo tipo de remedios, otra que se queja porque tiene una piedra en su zapato”, enumera, antes de aclarar que el espectáculo no apela a la ironía o la parodia. Ni siquiera intenta subrayar los costados libertarios de una mujer que no dudó en ser madre soltera o ser de las primeras italianas que adhirieron a los jeans y las minifaldas. “Y por otro lado –completa Roger–, Mina habla sobre los sentimientos contradictorios que los hombres despiertan en las mujeres, como se ve en Grande, grande, grande o Parole, parole.”
“Vivía con mi nona hablando en italiano, de chica escuchaba ópera y canciones de Domenico Modugno y, a los 18 años, cantaba en fiestas, siempre en italiano”, recuerda Roger, quien intervino en El jorobado de Notre Dame II, La Bella y la Bestia, la versión de gira de Drácula y Los miserables, entre otras comedias musicales. En realidad, hace tiempo que interpretaba temas de Mina, pero no lo sabía. Por su propia juventud (todavía no cumplió los 30), la diva italiana recién apareció en su imaginario cuando Ambrosio se la “presentó” hace unos años, mientras trabajan en Punta del Este en un espectáculo de Pepe Cibrián Campoy. En el 2002, cuando la crisis desbarató el proyecto de Cabaret (iba a interpretar a Sally Bowles, la protagonista), el espectáculo comenzó a perfilarse definitivamente: “Algunas letras son terribles, otras graciosas, pero no buscamos reforzar un sentido en especial: se trata de hacer un recorrido a modo de tributo para recordar a Mina y para los que, por su juventud, no la conocen, tengan la posibilidad de disfrutar de sus canciones”.