EL MUNDO

Una fujiayudita hacia los paramilitares de siempre

Las Autodefensas Campesinas son formaciones paramilitares que ayudaron a derrotar a la guerrilla de Sendero Luminoso en Perú. Ahora, su referente, el prófugo ex mandatario Alberto Fujimori, les da dinero y armas para derrocar a Alejandro Toledo.

 Por Carlos Noriega

Armados con las escopetas que antes usaron para combatir contra la guerrilla maoísta Sendero Luminoso, unos 200 líderes de las Autodefensas Campesinas se reunieron en la ciudad andina de Huamanga, capital de Ayacucho, que fuera el epicentro de la violencia política que dejó cerca de 70.000 muertos en los años ’80 y ’90, para jurar fidelidad al prófugo ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000) y ofrecerle sus armas para presionar por su retorno al país como candidato presidencial en las elecciones del 2006. Fujimori, quien se ha declarado ciudadano japonés para evitar su extradición, está impedido de ser candidato presidencial por tener desde el 2000 una suspensión de 10 años para ejercer cualquier cargo público y varios procesos penales abiertos por corrupción y violaciones a los derechos humanos. De regresar al Perú sería detenido.
A través de un mensaje grabado en video en Tokio, donde radica, el ex presidente peruano llamó a los “ronderos”, como se los conoce a los miembros de las Autodefensas, a levantarse en armas contra el gobierno de Alejandro Toledo, a quien acusó de haber abandonado a las rondas campesinas, a las cuales felicitó por haberse enfrentado “y derrotado” a Sendero, y los instó a respaldar su retorno al poder. Fujimori les ofreció entregarles armas y dinero. Los miembros de las Autodefensas respondieron con aplausos y se comprometieron a “usar las armas si es necesario” para lograr que se archiven los juicios contra Fujimori y posibilitar su regreso al Perú como candidato en las próximas elecciones presidenciales. Los dirigentes de los ronderos recibieron copias del video con el mensaje de Fujimori para mostrarlo en sus comunidades.
El ex presidente hace este llamado a un levantamiento armado contra el presidente Toledo en momentos en que el gobierno pasa por una situación crítica, en medio de una oleada de protestas sociales, una aceptación que apenas bordea el cinco por ciento, exigencias de la oposición para que cambie de gabinete y especulaciones de una posible vacancia presidencial. A raíz de este llamado a una rebelión armada contra el gobierno, la Fiscalía de la Nación le ha iniciado a Fujimori una investigación por atentar contra la paz pública e instigar al desorden, por lo que podría recibir una pena de hasta seis años de cárcel. Este proceso se suma a la larga lista de investigaciones judiciales abiertas contra Fujimori, quien ha sido calificado como “el presidente más corrupto en la historia del país”. Minutos antes de jurar poner sus armas a disposición de Fujimori, los ronderos habían participado en una ceremonia oficial convocada por el gobierno y las Fuerzas Armadas (FF.AA.) para conmemorar el 21º aniversario de la fundación de las Autodefensas Campesinas, las cuales operaron en la lucha contra la subversión bajo la dirección de las FF.AA. y cuya actuación ha sido calificada por prácticamente todos los sectores políticos como “fundamental” en la derrota de Sendero en el campo. La Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), que investigó lo ocurrido en los 20 años de violencia política (1980-2000), también destacó en su informe el papel de las rondas campesinas en la derrota de Sendero, pero señaló que en muchos casos habían cometido violaciones a los derechos humanos.
Durante la ceremonia oficial, que contó con la presencia de los máximos jefes militares de Ayacucho y representantes del gobierno, el jefe de las Autodefensas, Esteban Quispe, llamado “Comando Centurión”, como anunciando lo que vendría después, atacó duramente al gobierno por haberlos “abandonado” y luego disparó contra la CVR, a la que acusó de hacerle el juego a Sendero. Terminada la ceremonia oficial, en la cual los miembros de las Autodefensas desfilaron armados, entró en escena Carlos Raffo, quien fuera el jefe de la campaña electoral de Fujimori en las fraudulentas elecciones del 2000 y que ahora se ha convertido en su principal operador político, para llevarse a un importante grupo de ronderos a la reunión fujimorista, organizada en un restaurante ubicado a pocos metros de la plaza principal de Huamanga. De esta forma, el fujimorismo aprovechó una reunión organizada por el propio gobierno para montar sobre ella otra en la que se puso en marcha una estrategia que anuncia el uso de la fuerza para presionar por la impunidad de Fujimori y su retorno al poder.
En diálogo con Página/12, Carlos Tapia, quien fuera miembro de la CVR, señaló que es “inaudito” que los jefes militares y los miembros del gobierno “hayan permitido que en sus narices y aprovechando una convocatoria a los ronderos hecha por los propios militares se realice una reunión que es un llamado a la subversión armada”. En su opinión, el gobierno debe “sancionar severamente” a los jefes militares que permitieron “de manera sospechosa” que esto ocurra. “Si no hay sanción será una muestra de debilidad frente a los militares”, afirmó.
Según Tapia, en Perú debe haber cerca de 16.000 ronderos armados con escopetas, muchas de las cuales se las entregó Fujimori durante su gobierno para que se enfrenten a Sendero Luminoso. Los senderistas, por su parte, no serían más de 150 hombres armados. Los ronderos de la zona de Ayacucho, a los que Fujimori ha llamado a rebelarse contra el gobierno, serían unos seis mil. Muchos Comités de Autodefensa comenzaron a desactivarse una vez que Sendero quedó militarmente derrotado, pero los militares, según denuncia Tapia, están “reactivando y militarizando las Autodefensas en zonas donde ya no hay presencia de Sendero, lo que es muy peligroso para la democracia”. Y esa reactivación ahora pretende ser aprovechada por el fujimorismo. “Con este llamado, Fujimori pretende usar las rondas como un grupo paramilitar, lo que es muy peligroso. Es muy difícil decir en este momento si Fujimori va a tener éxito en esa intención, pero lo cierto es que entre los ronderos hay mucho descontento porque se sienten abandonados por el gobierno; entre las Autodefensas hay simpatía hacia Fujimori, que en su momento los apoyó y les dio armas, eso no se puede ocultar. Si esta intención de Fujimori llega a prosperar, las elecciones del 2006 serán a balazos”, advierte Tapia.

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Una mujer aymara sonríe junto a un contingente de policías en el convulsionado campo peruano.
 
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