ESPECTáCULOS › EL PRIMER PROGRAMA DE “EL SHOW DE VIDEOMATCH”
Equipo que gana, no se toca
El debut 2004 pareció un repaso de temporadas anteriores, con viejos conocidos y sketches repetidos. Le alcanzó para medir 35,8 puntos.
Por Emanuel Respighi
Sin siquiera estrenar presentación animada alguna y con la versión de Divididos del Tengo de Sandro, comenzó la decimoquinta temporada de Videomatch, este año subtitulada “El regreso”. Y según se desprende de lo que se pudo ver en la primera emisión del histórico ciclo humorístico, ninguna otra frase le hubiera sentado mejor al programa conducido por Marcelo Tinelli. Cámaras sorpresa en las que José María Listorti nuevamente se desnuda, parodias a alguno de las ficciones de la TV actual (Padre carajo y Los Martillo Roldán), viejos sketches (Los Topus cuatro) y la participación especial de algunos de los viejos conocidos humoristas de Videomatch hicieron del debut 2004 algo que, a los ojos de los espectadores desinformados, bien podría haber parecido un especial que Telefé programó con lo mejor de los catorce años de recorrido que lleva el ciclo en la TV nacional. Nada más alejado de la realidad: fue el comienzo de una nueva temporada, aunque las novedades brillaron por su ausencia. “Parece un volver a vivir”, reconoció, no sin cierto tino, el mismo Tinelli. Sin abandonar, claro, su estilo de sonrisa permanente.
Decir que este Videomatch fue más de lo mismo es caer en una verdad de perogrullo: desde hace algunos años, el ciclo repite con algún que otro condimento la misma fórmula, con la impunidad que ostenta todo consagrado (bastan ver las “novedades” con que cada año retornan títulos como Susana Giménez, Almorzando con Mirtha Legrand y hasta Caiga quien caiga, aunque este último en menor medida). “No vamos a meterle miles de condimentos nuevos para cambiar la salsa”, confesó el conductor a Página/12 hace algunos días. Aunque la declaración previa vale como aliciente, no alcanza para entender los motivos que llevan a reincidir en sketches o personajes antiguos con la buena materia prima con la que cuenta el ciclo. Porque si hay algo que no se puede soslayar es que Videomatch es, desde su metamorfosis de programa deportivo a humorístico, una usina constante de humoristas televisivos.
Más allá de las dos cámaras ocultas que se vieron (¿pueden ser tan ingenuos e inocentes las víctimas para no darse cuenta, a casi una década de la primera cámara sorpresa, de que son víctimas de una jodita para Tinelli?) y de las logradas parodias a Padre coraje y Los Roldán (donde se rieron hasta de los “chivos” que inundan al ciclo original), lo más destacado del primer programa fueron –paradójicamente– las actuaciones de los ex Videomatch. La vieja troupe de Tinelli volvió con sus personajes consagrados, reviviendo números artísticos que, gracias a la distancia y la falta de periodicidad de las interpretaciones, se convirtieron fácilmente en los momentos más graciosos de la velada.
Miguel Angel Rodríguez encarnó a un Jorge Lanata un poco más gordo de lo habitual; Toti Ciliberto al siempre crítico Martín Fierro; Freddy Villarreal al despistado y polémico Fernando de la Rúa, quien anunció que “el Megacanje se resolverá en la próxima semana”; Pablo Granados y Pachu Peña protagonizaron el momento cultural “Grandes poemas de pequeños autores”; Miguel Del Sel se calzó el vestido de “La Tota” y entrevistó a Raúl Castells y a su esposa Nina, en un diálogo evidentemente editado para aplacar los monólogos políticos del líder piquetero, y Fena Della Maggiora y Carlos Sturze hicieron un rap político-social que no eludió referencias a los piqueteros, Duhalde y Kirchner. Para el final, Tinelli no evitó la tentación de recrear su último gran hit, presentando a la travesti Florencia de la V cantando su hit La gata en notorio playback.
Reiteración de fórmulas probadas, repetición de sketches, nuevos actores que son viejos conocidos (Diego Pérez volverá a formar parte del equipo de humoristas estables, para interpretar nuevamente a “El insoportable”): lo cierto es que Videomatch continúa siendo uno de los programas de mayor arrastre en la TV argentina. Los 35,8 puntos de rating que promedió en su primer episodio –compitiendo con el tanque del 13 Gladiador, que hizo 22,9, y midiendo por debajo de Los Roldán, que alcanzó los 40– es una clara muestra de que el ciclo sigue en una línea exitosa, pese a todo. Habrá que ver si con eso sólo alcanza. Por lo pronto, la fórmula da resultado entre los fieles seguidores de un programa al que –a esta altura– ya se lo conoce de memoria.