ESPECTáCULOS › “LAS DEL PARAGUAS”, DE MARCELO BERTUCCIO
Una búsqueda eterna
Miriam Martino, protagonista de la obra que se ofrece en El Búho, explica por qué cree que el texto “se completa en contacto con el espectador”, en una pieza que reflexiona sobre la desaparición.
Por Hilda Cabrera
La idea de que la conciencia de existir se relaciona con la capacidad de recordar es uno de los ejes de una pieza de ribetes fantásticos que todos los sábados a las 21 ofrece la actriz y cantante Miriam Martino en El Búho, de Tacuarí 215. Se trata de Las del paraguas, obra de Marcelo Bertuccio que nació de una pieza breve anterior Por qué el paraguas (incluida en uno de los ciclos de teatro del Centro Cultural Rojas). En este nuevo montaje se muestra a dos amigas a las que enlaza un pasado común. Sólo que una de ellas perdió la memoria y la otra no manifiesta especial interés en que la recobre. A la incógnita se suma la tenencia de un paraguas. “Lo que suceda será visto de manera diferente por cada espectador”, apunta Martino, a quien acompaña en escena la actriz Liliana Romero.
Existe un peligroso equilibrio entre estas amigas, “que tal vez sean hermanas”. Dirigida por María Esther Fernández, una de las fundadoras de El Búho, también dramaturga y docente, la obra despliega las piezas sueltas de un rompecabezas. Las razones por las cuales uno de los personajes se empeña en mantener cerca suyo un paraguas y al mismo tiempo rearmar sus debilitados recuerdos, únicamente las conoce su amiga. “Ella sabe la verdad de lo ocurrido”, observa Martino. “Esa tontería de discutir por la pertenencia de un paraguas da cuenta de lo mucho que se está callando. En esta historia hay indicios de que alguien ha desaparecido, y también actitudes que defienden aquello de que es mejor no desenterrar ciertos asuntos. Bertuccio nos da algunas pistas: la mujer posee cierta cultura, usa un perfume traído de París... Ellas podrían representar las dos caras de una misma persona; la dualidad de quien somete y es sometido, del que por un lado intenta tapar y por otro destapar, o del que duda entre sostener una mentira o abrirse a la verdad.”
En todo caso, el vacío mental de una de ellas no implica aquí una tragedia, puesto que el autor aliviana el caso con instantáneas de humor: “Lo interesante de Bertuccio, quien, como yo, fue alumno de María Esther, pasa por contar historias que recién se completan cuando se las pone en contacto con el espectador”, opina la actriz, considerando éste un rasgo peculiar del dramaturgo, cuyos trabajos son apreciados a nivel internacional. Orejas caídas y hocico casi cilíndrico fue seleccionado en un reciente festival francés destinado a autores, y otra pieza suya, Dolorosa lucha de María por evitar que la serpiente se muerda la cola, será publicada y estrenada en Londres. Entre otras piezas suyas de título sugerente se encuentran Y el miedo enorme de morir lejos de ti (tomado del tango Como dos extraños), El señor Bergman y Dios (estrenada en el Teatro San Martín) y Comunidad organizada, una dramaturgia elaborada en forma conjunta con Rubén Szuchmacher e incluida en El siglo de oro del peronismo (obra en cartel, en “elkafka”).
Según Martino, en Las del paraguas la puesta es resultado de una elaboración con el autor. “Esto es habitual en María Esther, que tiene gran capacidad de síntesis para la escena, algo que los intérpretes agradecemos”, puntualiza la actriz, que participó de otros montajes minimalistas de Fernández, como Canciones para mirar (de 1994), donde compartió la escena con Pablo Finamore; el unipersonal Pasión y coraje (sobre textos de varios poetas); y Amores de tango y Ciudad Tango. En este punto, adelanta más proyectos en El Búho: el ciclo Encuentros, con obras y temáticas sobre la mujer, y el reestreno de Isabel de Guevara, de Alicia Muñoz, obra inspirada en las cartas escritas por esta española que llegó al continente en la expedición de Pedro de Mendoza.
A diferencia de Pasión y coraje, donde interpretaba once personajes, Martino se introduce en Las del paraguas en un único ser de “extravío fértil”, puesto que a éste le queda un resto para indagar sobre aquello que ha perdido: “Mi trabajo es sobre una memoria fragmentada, y en este sentido el pensamiento de esta mujer se une al de quienes buscan a familiares y amigos desaparecidos. Para vivenciar qué somos, necesitamos recordar”, sostiene la actriz. “Nuestro comportamiento de hoy se relaciona con la memoria que cada uno tiene del pasado. Esta mujer titubea, ‘anda a ciegas’, pero no baja los brazos. Ella representa, en alguna medida, a los que luchan por mantener su dignidad.”