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Compañera de Jean-Luc Godard desde hace más de treinta años, Anne-Marie Miéville (Laussane, 1945) ha sido su colaboradora desde los tiempos del Grupo Dziga Vertov y ambos comparten una casa-factoría en la pequeña ciudad suiza de Rolle, donde trabajan en sus respectivos proyectos. Sin duda la enorme sombra de Godard –y también, por qué no, razones de sexismo– han oscurecido la obra propia de Miéville, pero dos retrospectivas (la primera en el Jeu de Paume de París, en 1998; la segunda en el Festival de Rotterdam, en el 2001) contribuyeron a valorar su cine en una justa medida, e incluso a descubrir la influencia que habría ejercido sobre el célebre director. De hecho, en manos de Miéville, Godard se revela como un magnífico actor: no sólo inteligente sino también sensible y conmovedor, como lo prueban Todavía estamos todos aquí (1997) y Después de la reconciliación (2000).
Desconocido hasta ahora en la Argentina, el cine de Miéville tendrá una oportunidad única a partir del próximo viernes, cuando el Complejo Teatral de Buenos Aires y la Fundación Cinemateca Argentina –con el auspicio y la colaboración de la Embajada de Suiza– inicien en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (avenida Corrientes 1530) una retrospectiva integral de su obra, con copias nuevas en 35mm enviadas especialmente desde Zurich por Swiss Films y la Fundación Pro-Helvetia.
“Tres cortos y cuatro largometrajes han sido suficientes para que Anne-Marie Miéville imponga un estilo de dirección actoral y de montaje musical absolutamente originales. Su trabajo es también una búsqueda. En un lugar dedicado al arte contemporáneo resulta obvio que sus películas deben incluirse dentro de este programa”, escribió la directora del Museo Jeu de Paume, Danièle Hibon. Y añadió: “Miéville no se somete al naturalismo, en cuyo terreno los realizadores suelen ser absorbidos rápidamente. Su peculiaridad radica justamente en la búsqueda de patrones originales, en una narrativa que no excluye –y que de hecho tiende hacia– la adopción de nuevos puntos de vista”.
El ciclo se inicia el viernes 3 con el primer largo de Miéville, Mi tema favorito (1988), con Gaëlle Le Rici, Anny Romand y Hélène Roussel. “Tres edades, tres mujeres. Hija, madre, abuela. Cada una de ellas antes y después, todavía y siempre. Y los hombres también. Aquellos que encuentran, aquellos que aman...”, según la descripción de la propia Miéville. Para el crítico Jacques Siclier, de Le Monde, “Miéville sale a la búsqueda de los sueños dentro de la realidad, donde los hombres demandan que las mujeres compartan todo, mientras ellos aún no han decidido si desean compartir. La realizadora encuentra sus sueños en la reveladora luz de la naturaleza, en los muebles de un departamento, en las calles de la ciudad y los pequeños poblados, y en los asombrosamente transparentes rostros de sus actores”. Y apunta Frédéric Strauss: “La única certeza de las mujeres en Mon cher sujet es que no existen las certezas; tienen que hablar más fuerte si desean que su voz sea escuchada y tomar su propio lugar en el orden de las cosas. Esta conciencia de tener que pagar un precio si se desea, realmente, ser un sujeto es terrible, pero absolutamente natural”.
El sábado 4 se verá Lou no dijo que no (1993), con Marie Bunel, Manuel Blanc y Geneviève Pasquier. “La idea del film y su título nació de un pasaje de la correspondencia entre Lou Andréas-Salomé y Rainer Maria Rilke”, explicó Miéville. “Sin embargo, la película describe ciertas instancias y aspectos de una pareja contemporánea en metamorfosis. Aquí la vida diaria compartida entre un hombre y una mujer resulta obviamente dificultosa. La mujer, mayor que su compañero, abre el camino hacia un intercambio, aún posible a pesar de todo, orientado hacia la fraternidad. Como dice el poeta: ‘El amor ya no será el comercio entre un hombre y una mujer sino el de una humanidad con otra’...”
El domingo 5 se proyectará Todavía estamos todos aquí (1997), con Bernadette Laffont, Aurore Clément y Jean-Luc Godard, en su consagración como actor. A partir del Gorgias de Platón y de La naturaleza deltotalitarismo, de Hannah Arendt, Miéville plantea a la pareja como hipótesis de la felicidad: “El espacio del amor, pero también el espacio de un cierto trabajo, permanente y vital, un trabajo de amor sin el cual las parejas no pueden sobrevivir”, según Jean-Claude Guigue.
El lunes 6 va Después de la reconciliación (2000), con Godard nuevamente y la propia Miéville. “Dos hombres y dos mujeres se encuentran, debaten entre ellos y se hacen preguntas, incluso acerca del uso de las palabras, pero especialmente sobre cuestiones fundamentales como la felicidad y el amor. ¿Es la armonía del amor reconciliable con la sabiduría y la inteligencia, con el miedo y la fatiga? Con humor, seriedad y placer, estos hombres y mujeres, que conocen el precio de la existencia, buscan juntos su camino. Anne-Marie Miéville presenta su film como una ensoñación teatral con cuatro personajes. Es también una ensoñación filosófica que habla sobre la soledad y el teatro, en otras palabras, el cine”, escribió sobre el film el crítico Louis Skorecki.
El martes 7 se verán tres cortos de Miéville: Cómo puedo amar (1983), con Harriet Kraas; El libro de María (1984), con Aurore Clément y Bruno Cremer, en el film que supo acompañar las proyecciones de la controvertida Je vous salue, Marie, de Jean-Luc Godard; y Festejar (1987), con Anne Alvaro. Finalmente, el miércoles 8 se verá Nouvelle vague (1990), de Jean-Luc Godard, con dirección artística de Miéville y un elenco encabezado por Alain Delon. Si, como dice Danièle Hibon a propósito del cine de Anne-Marie Miéville, “el cine contemporáneo se encuentra aún en busca de una nueva relación entre la narración y la abstracción”, Nouvelle vague no hace sino llevar hasta las últimas consecuencias esa tensión todavía no resuelta. Todas las funciones serán a las 14.30, 17, 19.30 y 22.