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Tal vez no haya cineasta en el mundo capaz de alcanzar la sintonía que el portoalegrense Jorge Furtado mantiene con el mundo de la adolescencia (sólo Gus Van Sant puede pelearle el puesto). Así quedó demostrado en su opera prima Hubo una vez dos veranos (vista aquí durante una semana de cine brasileño) y lo confirmó su segundo opus, El hombre que copiaba, que aguarda su estreno porteño. Mi tío mató a un tipo, su tercera película, está protagonizada, y narrada en off, por un chico tímido, introvertido y sumamente inteligente (como todos los protagonistas de Furtado). Producida por la Fox brasileña, a pesar de estar decididamente enfocada al mercado pop-adolescente, tiene la clase de frescura, convicción y personalidad que raramente un producto logra. Actúa Lázaro Ramos, el de Madame Satâ.