ESPECTáCULOS
El grupo más beatle, luego de los auténticos Beatles
El nuevo de Oasis, “Heathen chemistry”, ofrece una renovación de sus internas fraternales, buenos tema y la sensación de que insistirá en la pretensión de ser la banda de rock más grande del mundo.
Por Esteban Pintos
Oasis acredita una módica historia de diez años en la que fue de la nada al todo. Una historia condimentada por escándalos diversos, varias canciones inolvidables, la personalidad arrolladora de sus jefes Noel y Liam Gallagher y una inocultable, evidente, graciosa por momentos, búsqueda reanimadora del fantasma beatle de la canción perfecta. Ejecutaron la misma pirueta por una década y, justo es reconocerlo, algunas veces les salió bien, al punto de que pudieron discutir el título de “la banda de rock más grande del mundo” (aunque los Rolling Stones insistan en reaparecer, y eso a Noel Gallagher le cause disgusto). También es cierto que en el último lustro patinaron con discos pretenciosos, torpes e incluso aburridos (Be here now, Standing on the shoulders of giants), sentaron cabeza y oprimieron gustosos el botón del piloto automático al que toda banda grande recurre después de los, digamos, diez millones de discos vendidos.
Ahora, en el flamante Heathen chemistry, van por más: Liam, el cantante, compuso sus propias canciones (son tres: “Songbird”, “Born in a different cloud”, “Better man”) y en ellas deja en claro que quiere ser Lennon. No su hijo, que así se llama, sino el otro y bastante más famoso, John: basta con escuchar cómo el menor de los Gallagher pronuncia “Come down...” al comienzo de “Stop crying your heart out” o “Born in a different cloud” en el tema homónimo, para saberlo. Al menos debe reconocérsele constancia y entusiasmo únicos en una búsqueda que, a primera impresión, se vería utópica.
Concluye con este disco que anuncia orgullosamente en sus créditos “producido por LA BANDA”, lo que puede suponerse la primera etapa de una previsible larga carrera: no se sabía muy bien por qué, pero desde un principio el de Oasis era un destino de clásico, con ese nombre, y esas baladas para estadio y rotación radial, más la dosis justa de sabor rockero a caballo de guitarras distorsionadas y canciones estridentes. Agréguese una pareja protagónica de hermanos revoltosos –uno con talento para escribir canciones, el otro para portarse mal en público– y sus noviazgos famosos y sonoras separaciones, declaraciones “irrespetuosas”, drogas y peinados mod, más la eterna búsqueda beatle, y se tendrá una (posible) clave del éxito.
Heathen chemistry tiene, por tanto, sus buenas baladas de encendedor fácil (“Stop crying your heart out”, de actual alta rotación, “Little by little”), alguna que otra apelación al reviente (“Hung in a bad place”, firmada por el otro guitarrista, Gem Archer), un sonoro homenaje al sonido Stone Roses en “(Probably) all in the mind” –con participación estelar del gran Johnny Marr, ex The Smiths–, la marcha rockera y contagiosa de “The Hindu Times”, dos canciones a nuevos amores por cada uno de los hermanos (Liam en “Songbird”, Noel en “She is love”) y la novedad que representa el cierre oficial del disco con “Better man”. Liam Gallagher repite que quiere ser un hombre mejor y no hay por qué no creerle.
Este es el disco más decente de Oasis en mucho tiempo, sensible y poderoso, pero no tiene el toque de What’s the story? (morning glory) y esto tal vez no vuelva a suceder, simplemente porque es cierto que existe la posibilidad de llegar al objetivo supremo (“ser cómo”, ellos pudieron), pero por un rato nomás. Después, cada uno revela su falibilidad y así se puede andar por la vida. Oasis, en este caso, con sus baladas y rocks más o menos standard que les hacen vender millones de discos, haciendo videos y girando por el mundo. Con el piloto automático o sin él, Oasis inicia su segunda década de vida a caballo de un disco que tiene todo lo que puede esperarse. Está en cada quien quiera seguir escuchando la misma canción (o asistiendo con curiosidad a la misma, vieja búsqueda), la decisión de tomarlo o dejarlo. El hecho de que Liam Gallagher y los “nuevos” Gem Archer y Andy Bell hayan aportado sus canciones, disminuyendo el rol estelar que siempre tuvo Noel, hace pensar en una decisión de renovar elaire en una banda que si algo tuvo, fue aire enrarecido durante tanto tiempo.