ESPECTáCULOS
“Nosotras somos un poco culpables del machismo de nuestros hijos”
Beatriz Taibo, Mónica Galán, Andrea Politti, Ernestina Pais y Mariana Levy conducen un “Una para todas”, femenino y de amplio target.
Por Mariano Blejman
”Lo único que no me gusta de este programa es que hay mucha rosquita, pero no veo ningún pirulín”, dice Beatriz Taibo, una de las cinco conductoras que acaba de estrenar “Una para todas”, un ciclo que cubre también cinco décadas (¿o generaciones?) de mujeres. La más joven es Mariana Levy, de 21 años, quien se encarga del móvil. Le sigue Ernestina Pais, que ronda los treinta y terminó de hacer televisión cuando el país parecía terminarse, en diciembre del 2001. Andrea Politti está, en cambio, cerca de los 40 y dice a Página/12: “Este programa podría haberse llamado ‘Minasválidas’”. Mónica Galán tiene medio siglo en la espalda –ya pasó la barrera de los cincuenta– y viene de participar en “Buenos vecinos”. Beatriz Taibo, por su parte, ya pasó los sesenta y es la primera que se anima a sentenciar como quien no tiene nada que perder: “Las mujeres sobreviven a los hombres”, dice y lanza una carcajada curtida de tanto andar. En dos días de un programa cuya idea pertenece a Andrea Stivel, el equipo de mujeres ya se hizo tiempo para ir en busca de ahorristas que recién llegaban de Uruguay, anunció la llegada del secretario del Tesoro estadounidense a la región bajo el slogan “Aguante O’Neill”, entrevistó muy cachondamente a Alejandro Fiore y a Federido D’Elía (con toqueteos y arrimes en vivo) y se planteó preguntas como “¿Qué hacés si tu pareja ocupó el baño primero?”. Aquí, responden las conductoras.
–¿Este es un programa de mujeres hablando de hombres?
Ernestina País: –La idea es encontrar ese espacio donde cinco generaciones puedan hablar para todos. Que seamos mujeres es una anécdota. No creo que haya que defenderse de los hombres.
Beatriz Taibo: –Pero quédense tranquilos que éste no es un programa contra ellos.
–¿Por qué no existen, por ejemplo, secciones o programas “de hombres”?
B.T.: –Será porque el hombre no se ocupa.
Mónica Galán: –Playboy es para hombres.
Mariana Levy: –Pero que seamos de una década distinta contradice que esto se trata de una especie de suplemento para “la” mujer. Mis problemas no son los que tiene Mónica.
–¿Cómo juega la vida cotidiana en el programa?
E.P.: –En la producción nos preguntamos sobre esos temas eternos y a la vez actuales sobre los que se puede ironizar: mujeres que no aceptan el paso del tiempo y terminan siendo parecidas a sus hijas, por ejemplo. Ese tipo de cosas se van a ficcionar. O por ejemplo, creemos que en las crisis la mujer lleva mejor las riendas y el hombre se angustia más porque históricamente siempre fue el que trajo el dinero. Pero no sólo se deprime: le ataca el machismo. Eso también puede reflejarse en el ciclo.
M.G.: –En otro aspecto, por ser madres las mujeres sabemos que tenemos que alimentar al hijo sea como sea. Por eso existen las Madres de Plaza de Mayo, por ejemplo, que tienen una cosa de leonas.
–Entonces las mujeres no son el sexo débil.
M.L.: –Para mover un sillón sí, por ejemplo.
Andrea Politti: –Cuando una se pelea con su pareja y algo se rompe en la casa, después dice: “¿Por qué lo dejé?”.
–¿Los hombres son un “gran tema” para las mujeres?
E.P.: –Tanto como las mujeres para los hombres. Si no, no habría tantas minas en tetas por ahí. Pero es obvio que no son el único tema. Las mujeres usamos las cacerolas no sólo para cocinar sino también para cacerolear, eso quedó claro, ¿no?
–¿A veces no se sienten mujeres machistas?
B.T.: –Muchas veces nuestros hijos hombres son lo que las madres queremos que sean. Y somos un poco culpables del machismo de nuestros hijos.
A.P.: –Cuando veo a un hombre llorar, se me destroza el alma. ¿Qué hace el padre cuando el bebé llora? Dice: “Cállese la boca”. La madre, en cambio, le pone el hombro.
–¿Las mujeres tienen siempre la última palabra?
E.P. y A.P.: –No.