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“Esto es un homenaje, como ser humano, a chicos que tenían mi edad y fueron a esa guerra, a los que están hoy con nosotros y a los que no volvieron –acierta Gastón Pauls, al momento de definir su lugar en el elenco de Iluminados...–. Es una dignificación, para mí, del trabajo como actor. Sino, sería una trivialidad y no tendría sentido. Celebro además, poder trabajar en mi país, y más aún en un proyecto interesante, porque el hecho de interpretar este personaje me lleva a transitar el dolor, el horror y la muerte, apostando a la vida, permanentemente. Eso es lo que rescato del relato y las vivencias de Edgardo (Esteban). Personalmente no festejé Malvinas, como tampoco el Mundial ‘78. Mi padre tenía criterios rígidos: ‘No hay nada que festejar’, decía. Recuerdo la manifestación del 30 de marzo, anterior al comienzo de la guerra, que por lógica consecuencia fue un disparate, un acto irracional, y recuerdo la oscuridad que vino después, con la propuesta de desmalvinizar puesta en práctica hacia adentro y hacia fuera del Ejército. Eso nos dejó sin la posibilidad de ver nuestras verdaderas llagas. No es buena esa costumbre de tirar la basura debajo de la alfombra. Malvinas dejó otra serie de desaparecidos y ante eso, sólo uniéndonos en proyectos que apuestan a la vida vamos a poder salir adelante, como país.”