ESPECTáCULOS
Una causa de lavado que terminó en el cajón
El 28 de noviembre de 2001, desde la tapa de Página/12 Grinbank tiró un auténtico bombazo: acababa de presentar una denuncia ante el juzgado de Claudio Bonadío, por lavado de dinero cometido por CIE-Rock and Pop, la empresa en la que hasta no hacía tanto figuraba como presidente. Los papeles presentados demostraban a las claras una serie de triangulaciones entre empresas fantasma radicadas en Panamá (Nurina Corp. y Christer Holding Inc.) y las cuentas bancarias de CIE en Argentina y Chile. “Yo no me arrepiento de nada”, indica Grinbank. “Vi esos papeles que eran de dominio público y me parecieron extraños, cumplí con lo que era mi deber como presidente de la compañía, y quien tenía que investigar era la Justicia, no era mi rol.” Finalmente, la Justicia concluyó que no había pruebas suficientes ni para condenar ni para absolver y la causa fue archivada. El empresario afirma que no sufrió consecuencias personales por la movida, aunque “en una suerte de revanchismo, echaron a gente amiga que trabajaba en la corporación, y tengo que destacar el aislamiento que consiguió Quique Prosen en Rock and Pop, que es como una isla separada de lo corporativo”.