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- El negador compulsivo: Gabriel Goity (Emilio Uriarte) en Los Roldán, sometido a los caprichos de Chichita (Andrea Bonelli), enamorado de la travesti pero sin admitirlo públicamente, hijo de una madre transformista (Antonio Gasalla). Renovó el perfil de protagonista masculino y abrió el juego para lo que vendría. “Fue muy copiado”, plantea Mario Schajris, su guionista.
- El convencido de que el gay levanta más: Dady Brieva (Rubén Jilguero) en Los secretos de papá, que se hace pasar por gay para conservar su trabajo pero también para levantarse a la chica que le gusta (Romina Gaetani) en herencia de la doctrina Francella: enamorarás a la mujer haciéndote la loca.
- El travestido para sobrevivir: Luis Ziembrowski (Ramón) en El delantal de Lili, una criatura extraña diseñada por Mariano Galperín, que se trasviste para conseguir un trabajo de mucama y hasta le va tomando el gustito, mientras la esposa acusa: “Sos un putoooooo...”.
- El que deserotiza el pene: los dos hombres desnudos de Marionetas del pene reconvierten usos y costumbres; ahora el pito sirve para jugar y dar risa. “El varón también quería mostrarse de la cintura para abajo”, agradece el actor Alejandro Paker.
- El que muestra el culo: como Mariano Martínez en la película Peligrosa obsesión o en el unitario Sangre fría, proclamando un nuevo fetiche sexual masculino.
- El que paladea el gustito a fracaso: como los polemistas lights de la mesa de Polémica en el bar, donde llegó el lamento del macho caído. Chiche Gelblung lee encuestas sobre maridos corneados y Sofovich se intitula “marido” de Florencia de la V.
- El que asume nuevos roles: Carlín Calvo paga el engaño de su esposa con abstinencia y Maximiliano Ghione se dedica a las tareas de la casa (en Los machos de América). Diez años después, nada es igual. “Todos están más débiles”, dice Jorge Maestro. “En los hombres hay más histeria, más sensibilidad, y hasta tienen raptos de reclamo femenino.”