ESPECTáCULOS › OPINION
El ojo de la cerradura
Por leonor arfuch *
La exacerbación de la privacidad que reina en los medios muestra aspectos y valores “biográficos” que operan como modelos identificatorios, en una época en la que éstos se han desdibujado debido a la globalización, las migrancias y las transformaciones de la subjetividad. Esa intrusión voyeurística, a menudo perversa (o ese mirar por el ojo de la cerradura), se divierte con la sorpresa, la desazón, la impotencia del otro –como en las cámaras secretas– y forma parte, como los Gran Hermano, de la sociedad de control: esos ojos que nos miran en todas partes, nuestros datos desparramados por doquier, todo lo que “salta a la vista”, valga la metáfora, cuando decimos nuestro DNI en cualquier trámite. Así, podría pensarse que los dispositivos mediáticos refuerzan este mecanismo psíquico de “autocontrol”, que –según Norbert Elías– dispensa de la imposición del orden por otras vías. Paradójicamente, aquello que parecería operar en la liberalización de las costumbres, sólo conduciría a una mayor sujeción.
* Investigadora en Ciencias Sociales.