EL PAíS › LOS CAMBIOS EN LAS FUERZAS ARMADAS

Mario Chretien se va

 Por Nora Veiras

Después del descabezamiento inicial de las cúpulas de la Armada, el Ejército y la Aeronáutica que decidió el presidente Néstor Kirchner apenas asumió, en las Fuerzas Armadas están curados de espanto. Ahora están preparando la lista de ascensos y los consecuentes pases a retiros, que el Ejecutivo tiene que elevar al Senado antes de fin de mes, pero “después de aquel plumazo, todo es normal”, se sinceran algunos. No cambiarán las cabezas de ninguna de las tres fuerzas ni del Estado Mayor Conjunto. Hasta ayer a la tarde, la única duda era el destino del subjefe del Ejército, Mario Chretien, un sobreviviente de la troupe de Martín Balza. Un hombre que no proviene del riñón de su jefe, Roberto Bendini, y a quien, inclusive, se lo llegó a mencionar como su reemplazo cuando arreciaban las críticas contra el sucesor de Ricardo Brinzoni. Anoche, la duda se despejó:
Chretien pidió su retiro “por motivos personales” y lo reemplazará el general Néstor Pérez Vovard.
De la treintena de generales del Ejército, cuatro o cinco dejarán la actividad. Sobre la situación de
Chretien se evaluaban distintas soluciones: su continuidad, su retiro o su pase como segundo del brigadier Jorge Chevallier, del Estado Mayor Conjunto, en el lugar del almirante Alejandro Giromini, que dejará la actividad. Finalmente, ese puesto será para el almirante Jorge Manzor.
Pérez Vovard es del arma de Caballería, al igual que Bendini, y se desempeña como comandante de Educación y Doctrina del Ejército. El paso al costado de Chretien es el cambio más notorio en la conducción de la fuerza desde la asunción de Bendini. A poco de andar, Bendini desplazó a un lugar de menor jerarquía al general Jorge Tereso, quien había sido designado por él en la estratégica secretaría general. A Tereso se lo destinó a tareas menores en cumplimiento de una especie de penitencia por haber elevado a la Justicia el pedido de un grupo de represores detenidos para pasar las fiestas de fin de año con sus familias. Tarea que, en rigor, le había sido encomendada por la jefatura. En ese momento, el ministro de Defensa, José Pampuro, aprovechó la movida para que se suprima, de hecho, la secretaría general, el cargo desde el cual los uniformados operaban sobre sectores políticos y empresariales.
Entre los generales que también pasarán a retiro figuran el comandante del II Cuerpo con asiento en Rosario, Roberto Adrián Brinzoni, el hermano de Ricardo, el ex titular de la fuerza que Kirchner desplazó junto con una veintena de generales para posibilitar el ascenso de Bendini, a quien conocía como jefe del Regimiento de Río Gallegos, Santa Cruz. El actual titular del Comando de Sistemas de Comunicación e Informática, general de brigada Alberto Pozzi, será ascendido. En la Armada, el actual subjefe Ernesto Juan Gaudiero se convertirá en vicealmirante al igual que Manzor, a cargo de la Dirección de Bienestar (DIBA), que llegará ahora a la subjefatura del Estado Mayor Conjunto.
En la Fuerza Aérea, los reacomodamientos se guardan con más celo. En la jefatura continuará el brigadier Carlos Rhode.
Con el pase a retiro del medio centenar de generales, brigadieres y almirantes de mediados del año pasado, en la Comisión de Acuerdos del Senado encargada de revisar los pliegos especulan con que ya no habrá objeciones por militares involucrados en la represión ilegal. El implacable paso del tiempo contribuye a esa renovación.

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En el Edificio Libertador ultiman la lista de ascensos.
 
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