ESPECTáCULOS › “MATAPERROS”, MAS NUEVO CINE ARGENTINO
Postales de un mundo bizarro
Por Martín Pérez
Una telenovela protagonizada por enanos, un cura que habla con extrañas máximas y una sadomasoquista en disfraz de Gatúbela. Esos son algunos de los personajes que habitan Mataperros, la ópera prima de Gabriel Arregui. Director de videos de los Peligrosos Gorriones, uno de los grupos emblemáticos del nuevo rock argentino de los ‘90, su simpático debut en el largometraje no está a la altura de los bizarros personajes que rodean a su pareja protagónica. Ni de las canciones de una banda de sonido que le permiten tomarse un respiro en el tambaleante devenir narrativo de esta road movie querible, pero inconsistente.
Todo comienza con Teresita –interpretada por la interesante Paola Matienzo–, una joven encerrada en un instituto de menores, que encuentra en la televisión a su mejor amiga. Fascinada por un teleteatro llamado “Pequeño amor”, protagonizado por un enano gangster enamorado, la rotura del aparato la decide a escaparse de su prisión. Para así caer, casi literalmente, en los brazos de Damián, un simpático gangster de poca monta, incapaz de enamorarse. Deambulando entre quioscos, descampados, hoteles y estaciones de servicio, la huida de Damián y Teresita terminará encontrando un sentido argumental en el intento de cobrar una vieja deuda para poder escapar para siempre.
Avanzando casi a los tumbos de escena en escena, Mataperros regala personajes dignos de ser apuntados con un arma, pero necesita cambiar de registro casi al azar para poder seguir con su historia. Por suerte están ahí las canciones para salvar lo insalvable, y si no siempre es posible buscar la complicidad de unas risas grabadas que hacia la segunda mitad del metraje aparecen apoyando los diálogos y buscando un chiste en el grotesco sórdido de las aventuras de Teresita y Damián. Sin pretensiones, en sus mejores momentos roza la oscuridad del deambular sin sentido, ni futuro, del post-idealismo rocker adolescente. Pero apenas eso, en un film que termina incapaz de hacer honor a sus enanos, su sadomasoquista e incluso el afán de búsqueda de su perdida protagonista.