Miércoles, 11 de marzo de 2009 | Hoy
LA VENTANA › MEDIOS Y COMUNICACIóN
Por otra parte, la conmemoración del Día Internacional de los Derechos de la Mujer es también una ocasión para reflexionar sobre el uso del lenguaje y la terminología femenina en la web.
Por Mela Bosch*
* Desde Milán
Mañana, 12 de marzo, en el Palazzo delle Stelline en Milán, en un encuentro anual de informáticos, lingüistas y bibliotecarios, entre otros especialistas que trabajan en la informatización de contenidos, habrá una mesa redonda dedicada a la terminología sobre la mujer en los sistemas de la web. Quien escribe hablará sobre el European Women Thesaurus. Este listado organizado de términos aspira a ser el instrumento que se usará en toda la Comunidad Europea para identificar los espacios web y documentos dedicados a la temática femenina. Ya fue excelentemente traducido al español por María José López Huertas e Isabel de Torres y al pensar en hacer lo mismo con la lengua italiana aparecen, en primer plano, no sólo problemáticas lingüísticas, sino también cuestiones de política de género en Italia.
A pesar de una larga tradición de valientes luchadoras sociales, trabajadoras y científicas, sin ser nombradas explícitamente, las mujeres son el terreno de batalla de luchas intestinas en el seno de la derecha italiana. Hablaremos de dos ejemplos: la seguridad interna y el caso Eluana Englaro.
La Lega Nord, sector de extrema derecha con gran peso parlamentario y que tiene a su cargo el Ministerio del Interior, centraliza su política de seguridad en la xenofobia, basada en lo que propagandizan como una ola de estupros por parte de inmigrantes. La respuesta que ofrecen es sacar el ejército a la calle para defender a las mujeres. Aleanza Nazionale, ex fascistas que tienen a su cargo el Ministerio de Defensa, se opone, sobre todo porque a los militares italianos no les gusta hacer de policías. Berlusconi, con sus conocidos chistes irónicos, responde que no es posible sacar el ejército, porque habría que poner tantos militares como chicas hermosas hay en Italia (sic).
No obstante, las estadísticas demuestran que el 60 por ciento de la violencia de este tipo ha sido ejercida por italianos sobre sus convivientes o ex convivientes. Es decir que lo que no se nombra es que Italia tiene un problema de violencia de género y que la inmigración no está directamente vinculada a ella.
No asumir esta situación como sociedad tiene un precio muy caro en vidas femeninas. Buenas políticas de concientización al respecto, como la llevada adelante por José Luis Rodríguez Zapatero en España, han logrado reducir la violencia, pues no hacen falta militares en la calle sino protección para las mujeres y niños, con rápido alejamiento y condena a los golpeadores.
En cuanto a Eluana, fallecida hace poco, su padre se negó a difundir imágenes de lo que era una mujer deteriorada por un ensañamiento terapéutico que la transformó en un cuerpo rígido acribillado por tubos. Como contraparte se puso en marcha el enorme aparato de amplificación mediática de Berlusconi que comprende varias televisoras, radios, diarios y periodistas abiertamente a su favor, en una supuesta lucha por la vida. En este caso, el primer ministro italiano no sólo hizo referencia a la belleza de la joven, cuya foto vieja de 17 años se difundió hasta el hartazgo, sino que dijo que no se la podía desconectar porque todavía podría ser madre.
En este contexto donde lo no dicho y no mostrado oculta una situación de retraso y discriminación, lo que nos ocupa profesionalmente, la nominación y descripción de los documentos, estadísticas, estudios sobre el tema de mujeres en la web toma un nuevo aspecto.
La traducción castellana del European Women Thesaurus hace propuestas de uso del femenino para las palabras que indican profesiones: médicas, arquitectas, asistentas, así como identificar separadamente a las abuelas del genérico abuelos. En Italia aún se denominan todas las profesiones y cargos en masculino, incluida la ministro alle pari opportunità (ministra de igualdad de oportunidades) Mara Carfagna.
También la traducción se ocupa de cómo en inglés se usa una sola palabra para lo que en español debemos expresar en varias. Es el caso del término housewification, largo y abstracto, que las traductoras proponen como confinamiento doméstico. En Italia no es bien tolerado porque confinamiento remite al procedimiento del gobierno de Mussolini de aislar en sus casas o en pueblos lejanos, como ocurrió con Carlo Levi, a intelectuales, gitanos, homosexuales.
Pero el confinamiento existe sin ser nombrado: las mujeres italianas, consideradas valiosas porque son bellas o madres, están ausentes en las estadísticas de violencia machista, sus sueldos son menores en comparación con sus colegas hombres y son las primeras en la precarización y el desempleo de la crisis actual.
* Lingüista y especialista en documentación. Docente de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP.
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