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En la última década, la comunicación se instaló en el centro del debate político, cultural y social y esto permitió también la generación de espacios que, recogiendo experiencias y tradiciones en la materia, promueven acciones en favor de la democratización de la comunicación. En este marco nació, en el 2004, la asociación civil Las Otras Voces (LOV) (www.lasotrasvoces.org.ar) creada con el objetivo de promover el ejercicio del derecho a la comunicación y la participación desde la infancia y la juventud.

A través de acciones de educación-comunicación, campañas de bien público e iniciativas formativas, LOV ha consolidado su presencia en el ámbito comunicacional mediante la promoción y protección de derechos, la construcción de ciudadanía en una cultura democrática, la transformación social a través de la incidencia en lo público y en las políticas públicas, la participación colectiva como lógica de construcción social, cultural y política, la práctica de una visión crítica de la comunicación y el valor de la diferencia, la diversidad y pluralidad de opiniones y prácticas desde una perspectiva federal y latinoamericana.

Por eso, LOV se define como “un espacio de reflexión, investigación y acción que –bajo la coordinación de la comunicadora y educadora Silvia Bacher– reúne desde hace años un equipo interdisciplinario de profesionales de reconocida trayectoria (provenientes de la educación, comunicación, periodismo, trabajo social, psicología, sociología, diseño, producción audiovisual, recreación, entre otros) comprometidos con la transformación social desde la comunicación y la educación”.

Según lo afirma Bacher, “entendemos que ejercer los derechos a la comunicación constituye a niños, niñas y jóvenes en sujetos participativos y consideramos que al conocer y tomar en cuenta sus voces, la sociedad se enriquece”. Agrega que “en LOV estamos convencidos de que el derecho a la comunicación es una puerta de acceso a todos los derechos”, y por tal motivo “trabajamos para que todas las voces tengan lugar en la polifonía de sociedades democráticas”.

Para Darío Pulfer, director argentino de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), “el trabajo de LOV se expresa en un compromiso vital con los jóvenes y el ejercicio de sus derechos” que se traduce en “acompañarlos y apostar a su crecimiento”, en “generar espacios de comunicación y reflexión (...) para incluirlos y formarlos partiendo de sus saberes y prácticas”.

Cumpliendo con el propósito de “aportar a la construcción de ciudadanía en cada rincón del país” y a partir del convencimiento de trabajar “desde una perspectiva de derechos y promoviendo un debate serio y profundo sobre la relación entre medios masivos de comunicación, participación social y vida democrática” la organización promueve una “red nacional de radios escolares”, y participa activamente del Consejo Audiovisual para la Infancia (Conacai), impulsado por la Autoridad Federal de Servicios de la Comunicación Audiovisual (Afsca) en el marco de la Ley Nacional de Servicios de Comunicación Audiovisual.

Para garantizar el trabajo de la organización se han puesto en práctica estrategias de asociatividad comprometiendo el apoyo del Estado, en sus diversos niveles, de organismos internacionales y de empresas privadas, constituyendo un modo de gestión que ha resultado exitoso, si bien no exento de angustias y dificultades. Según Bacher, “muchas veces las dificultades nos amedrentan, pero somos tenaces y logramos sobreponernos, retomar los sueños, asumir los desafíos y seguir tejiendo la trama”. La coordinadora de LOV sostiene también que “sin proponérnoslo hemos sido un semillero de jóvenes profesionales que hoy se desarrollan en organismos nacionales, universidades, escuelas; fortalecen nuestra misión desde sus lugares de trabajo y militancia”.

Ignacio Aguaded, presidente del Grupo Cominar España, a propósito de los diez años de LOV, señaló que “la comunicación y la construcción de ciudadanía tiene su raíz profunda en la educación crítica y democrática desde las familias y las escuelas”, pero “es necesario el impulso social y participativo de grupos y asociaciones como LOV, que en sus diez años de vida ha impulsado la comunicación participativa entre los jóvenes como el principal desafío para su implicación activa y global en la vida democrática”.