Martín Farrell perdió su puesto de director de Habilitaciones y Permisos de la Ciudad de Buenos Aires después del derrumbe de un entrepiso en el boliche Beara, que provocó la muerte de dos chicas, hace quince meses. Pese al pedido de indagatoria que pesa sobre él, consiguió trabajo enseguida como asesor en la Procuración de la Ciudad. Y pese a ser uno de los imputados de la tragedia de Palermo, se presentó a un concurso para ser juez del fuero Contencioso Administrativo porteño. Sobre 67 postulantes, obtuvo el puesto 34º, lejos de lo que necesitaba para ocupar alguno de los diez cargos en juego.