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El fundador del Opus Dei, el sacerdote español Josemaría Escrivá de Balaguer, pasó a engrosar la lista de santos de la Iglesia Católica, al ser canonizado ayer por el papa Juan Pablo II en una multitudinaria ceremonia en la Plaza de San Pedro del Vaticano, a la que asistieron unos 300 mil fieles. Entre los asistentes se encontraban unos 100 mil españoles, además de 500 obispos de todas partes del mundo. Muchos de los presentes tuvieron que conformarse con seguir la ceremonia a través de las grandes pantallas de video colocadas en la Plaza de San Pedro y en la Via della Conciliazione, que amaneció repleta de peregrinos. La canonización de Escrivá resulta controvertida porque tuvo lugar tan sólo 27 años después de su muerte y por el fuerte poder que se atribuye al Opus Dei tanto en el Vaticano como en círculos políticos y económicos de todo el mundo. Además, en reiteradas ocasiones se ha acusado al Opus Dei de sectarismo. Con un total de 84 mil miembros en todo el mundo, el Opus Dei es la primera y única prelatura personal de la Iglesia Católica. Su fundador había sido beatificado el 17 de mayo de 1992.