“Lo que le pasó a Brian es habitual entre los pibes de La Matanza. La policía los levanta sin motivos, permanentemente”, deslizó Manuel Gómez señalando a un grupo de adolescentes que hacían estallar bombos y redoblantes. Uno de ellos paró de tocar sólo cuando lo escuchó a su maestro y agregó: “No te preguntan nada. Te bajan la cabeza y te meten al patrullero. No sé por qué lo hacen siempre, si ya nos conocen”. Son alumnos de la escuela Nº 67 de Virrey del Pino, de la que Gómez es director, donde participan de un taller de murga. Con su batucada musicalizaron la movilización organizada por docentes de la EGB Nº 141 de La Matanza, donde asistía Brian, el adolescente de 16 años acusado de participar en el robo y asesinato del ingeniero Ricardo Barrenechea. También se sumaron miembros del Suteba y la CTA de ese partido.

“Por todos los Brian. Para que los privilegiados sean todos los pibes”, fue el lema de la marcha; mensaje que pasearon junto con familiares, vecinos y compañeros de escuela del chico por Arieta, la calle principal de San Justo, hasta la plaza central del lugar.

Era media tarde, pero el sol hacía hervir la sangre con la fuerza propia de las horas del mediodía. Por eso, la concentración que estaba pautada para las 17 en la esquina de Arieta y Juan Manuel de Rosas –la Ruta 3–, se trasladó bajo la sombra que ofrecían los sobretechos de los locales comerciales que comienzan a minar Arieta a la altura de Paraguay.

Ese fue el punto desde el que partieron docentes y estudiantes de escuelas del distrito del Oeste del Gran Buenos Aires, a los que se sumaron familiares de Brian y sus vecinos. Para Laura Romero, preceptora en el secundario donde asistía Brian hasta quedar detenido y una de las primeras personas que se alzó en su defensa, la marcha tenía como objetivo “exigir que no se condene a los chicos por su origen social. No estamos en contra del combate a la inseguridad, queremos que haya seguridad para todos. También para ellos, que no sólo se encuentran desprotegidos dentro del sistema jurídico, sino que sus derechos no se los respeta en ningún lado”.

Desde el centro de la concentración, el ritmo de los instrumentos y los colores de las vestimentas de los murgueros –Ritmo Murguero, de Virrey del Pino; Los ponchos de Margaret, Los Murgueros de la Nada y Pateando Tristezas, de Moreno– lograron que los reclamos, de una gravedad densa, pudieran ser alzados con alegría.

“Hay sectores de la sociedad que ponen el acento en otro lado. Los de La Matanza son pibes que no tienen los principales derechos cubiertos, como la alimentación, la educación y la salud. Por eso estamos en contra de la baja en la edad de imputabilidad, de las soluciones fáciles de (el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel) Scioli”, sostuvo el secretario general de Suteba La Matanza, Paulino Guarido. Por su parte, la secretaria general de CTA de ese partido, María Reigada, aseguró que “la inseguridad no se combate con mano dura, sino con actos de solidaridad como los que los chicos hacen todos los días en la escuela, en el club, en el barrio”.

La marcha llegó a la plaza San Justo cerca de las 19.30, donde la abogada defensora del adolescente detenido aseguró que “Brian es un rehén de un error de las autoridades”. El cierre llegó de la mano de los chicos, que las abrieron y dejaron escapar los globos que sostenían, cuyos colores rompieron el celeste furioso del cielo, hasta desaparecer.

Informe: Ailín Bullentini.