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“¡Andá a jugar al metegol, patadura!” Ese podría ser el grito despectivo de cualquier mujer al volante, envalentonada por el resultado de una encuesta sobre accidentología vial que demuestra que las chicas son “más confiables, más precavidas y más seguras que los hombres” a la hora de conducir un vehículo por las calles de Buenos Aires o de cualquier otra ciudad del país. Sobre 5412 casos tomados por la asociación civil Luchemos por la Vida, de los cuales el 14 por ciento eran mujeres y el 86 por ciento hombres, quedó demostrado que es mayor el porcentaje de damas que respetan el uso del cinturón de seguridad o que detienen la marcha ante un semáforo en rojo. “Los accidentes protagonizados por mujeres son menos en relación de dos a cinco y son siempre más leves que los que provocan los hombres, que son más proclives a manejar alcoholizados, a cometer excesos de velocidad o a realizar maniobras peligrosas”, explicó a Página/12 Alberto Silveira, presidente de Luchemos por la Vida.
“Del trabajo realizado surge que el 34,6 por ciento de las mujeres usan el cinturón de seguridad, mientras que sólo el 23,20 por ciento de los hombres lo hace. Del mismo modo, sobre cada 100 hombres que omiten respetar el semáforo en rojo, hay apenas 48 mujeres que hacen lo mismo”.
Silveira sostuvo que más allá del clásico grito machista “andá a lavar los platos”, la realidad indica que “las mujeres manejan mejor, con mucho más cuidado, porque a diferencia de los hombres no piensan que son superhéroes del volante que todo lo pueden”. Y recordó que eso no ocurre sólo en la Argentina, porque en Suiza “se reunieron datos similares y con igual contundencia”.
Para certificar sus dichos, Silveira dijo que el estudio permitió corroborar que, “a igual cantidad de kilómetros recorridos, las mujeres participan en menos accidentes graves en una proporción que va de dos a cinco veces respecto de los protagonizados por hombres”. Silveira admitió que el mito sobre la mujer que maneja mal “está planteado en todo el mundo, pero, a la luz de las mediciones concretas, la realidad está demostrando todo lo contrario y no queda mucho para discutir”.
El especialista estimó que “la mujer es más sensata que el hombre y evita correr riesgos, mientras que ellos, en cambio, son más temerarios”. Estimó que por cuestiones culturales es posible que el hombre “siempre esté dispuesto a correr más riesgos que la mujer”. Afirmó que tal vez los hombres piensen que “las mujeres protagonizan accidentes más tontos, como chocar manejando marcha atrás para no trasponer la senda peatonal o para no quedar en la bocacalle, pero ese accidente siempre va a ser más leve que los que sufren los hombres por intentar sobrepasar a un camión en plena ruta cuando es una locura hacerlo”. Según Silveira, el hombre se sobreestima: “El 70 por ciento cree que maneja mejor que el resto, mientras que las mujeres dicen que manejan igual que los demás”.