Leonardo Melissa era un joven sargento que ayer debutaba en la comisaría de Villa Maipú, en el partido de San Martín. Iba con sus nuevos compañeros a corroborar una llamada al 911 que alertaba sobre la presencia de un grupo de hombres armados. Cuando llegó al lugar ya había comenzado el tiroteo y una de las balas le perforó el abdomen. Murió poco después en un hospital de la zona, convirtiéndose en el segundo policía bonaerense asesinado durante esta semana. Ayer, también debutó el nuevo jefe de esta fuerza, Juan Carlos Paggi, quien además de lamentar la baja reconoció: “Nosotros creemos que estamos preparados para este tipo de cuestiones, pero nos consternan”. Por ese caso, cinco personas fueron apresadas y una más está prófuga.

El hecho ocurrió a las 3.45 en la esquina de Constituyentes y Rivadavia, adonde el primer móvil policial en llegar fue recibido a balazos. Melissa acudió pocos minutos después junto con dos oficiales, a modo de refuerzo, y los delincuentes huyeron a pie para refugiarse en una villa de emergencia cercana, conocida como barrio Rivadavia. Los policías los siguieron y llegaron hasta una casa en la que los sospechosos se habían escondido. Allí, según informó el superintendente de Zona Norte de la policía, Salvador Baratta, los uniformados fueron atacados nuevamente.

En estas circunstancias, una bala impactó en la zona baja del abdomen de Melissa (sus familiares afirmaron que no tenía chaleco antibalas, aunque fuentes policiales y judiciales lo negaron). Sus compañeros volvieron a pedir apoyo y lo retiraron rápidamente de los pasillos del asentamiento porque, según aseguró el jefe policial, los uniformados comenzaron a ser agredidos por los propios habitantes de la villa. Por esta razón, informó Baratta, no se pudieron secuestrar las armas en ese momento, luego de que fueran detenidas cinco personas.

El sargento fue derivado al Hospital General de Agudos Manuel Belgrano, de Villa Maipú, donde falleció dos horas después. Melissa tenía 29 años y era padre de un niño de 6. Según comentó su suegro, y luego confirmó Paggi, ayer cumplía su primer día en la seccional de Villa Maipú. Antes se había desempeñado en la seccional de Billinghurst. Hacía seis años que formaba parte de la policía y, según Baratta, “era un excelente policía, ejemplar, era menos conocido que (Aldo) Garrido (asesinado el martes en San Isidro) pero tan valiente como él y muchos otros de la fuerza”.

Los cinco detenidos son dos hermanos de 27 y 21 años, un joven de 18 y dos adolescentes de 15. El prófugo es un familiar de uno de los detenidos, que habría salido de la cárcel hace dos meses. Según el nuevo jefe de la Policía Bonaerense, detenerlo sería “cuestión de horas”.

Tras el crimen, el grupo Halcón encabezó un allanamiento durante el cual fue demorada (y luego liberada) la madre de uno de los imputados. Según informó el fiscal del Fuero Penal Juvenil de San Martín, Fabián Hualde, en su casa hallaron un revólver calibre 38 y armas “tumberas”. El fiscal pidió peritar estas armas y también la de los policías que participaron del tiroteo.

Sobre los detenidos, Baratta aseguró que fueron los autores del hecho: “Yo tengo tres oficiales que estuvieron cara a cara con los delincuentes y que, junto con Melissa, son cuatro servidores públicos que arriesgaron la vida”. Sensibilizado por una semana de movimientos en la fuerza, Baratta dijo: “Esto no es una fábrica que si tiene una muerte pone un cartel de duelo y cierra: ahora, con lágrimas en los ojos, los compañeros de Melissa tuvieron que volver a salir, recorrer los barrios para proteger a la gente de Villa Maipú”.