Viernes, 13 de marzo de 2009 | Hoy
SOCIEDAD › EL ADOLESCENTE ALEMAN ADELANTO EN INTERNET LO QUE IBA A HACER
En un foro escribió lo que haría al día siguiente: “Estoy harto, ya tengo suficiente de esta vida sin sentido”, señaló. Y argumentó que “todos se ríen de mí y nadie reconoce mi potencial”. Alemania, entre la conmoción y el luto.
“Tim Kretschmer anunció en Internet sus planes de cometer la masacre”, informó en conferencia de prensa el ministro de Interior del estado regional de Baden-Wurtemberg, Heribert Rech. El joven de 17 años detalló explícitamente en un foro lo que haría: “Tengo armas aquí, mañana por la mañana iré a mi antigua escuela. Estoy harto, ya tengo suficiente de esta vida sin sentido, siempre lo mismo. Todos se ríen de mí y nadie reconoce mi potencial”, escribió el martes por la noche, en vísperas de la masacre de Winnenden que terminó con quince personas asesinadas. El ministro Rech recordó que ninguno de sus interlocutores virtuales creyó en la amenaza.
La existencia del anticipo se conoció mientras las autoridades interrogaban al padre del asesino –cuyo suicidio fue filmado y circulaba ayer por Internet– bajo sospecha de haber violado la ley de posesión de armas, algo que facilitó el acceso del joven a la Beretta 9 mm con la que mató a sus víctimas. El raid, que se prolongó a lo largo de tres horas, también dejó dos policías y ocho estudiantes heridos.
“Es un día de luto para toda Alemania”, declaró Angela Merkel. El día siguiente de la matanza, los edificios públicos de Alemania amanecieron con las banderas a media asta. La noche anterior al menos mil personas habían participado en una misa, señal de la conmoción que embarga a la población. Tal es la sorpresa que el ministro de Cultura del estado federado de Baden-Wurtemberg, Helmut Rau, pidió a todos los directores de escuelas que destinaran la jornada a conversar con los alumnos sobre la masacre, al tiempo que les solicitó el diseño y puesta en marcha de planes para afrontar la crisis, en la previsión de amenazas de nuevos ataques y la posibilidad de que haya quienes aprovechen la situación para crear desorden.
Ante la escuela técnica Albertville, donde el martes Kretschmer entró vestido con traje de combate negro y sin decir palabra minutos antes de efectuar 60 disparos –“y otros 44 durante su posterior huida”, según informó el ministro Rech–, se acumulaban velas encendidas y ramos de flores. Las clases allí están suspendidas hasta nuevo aviso y el establecimiento cerrado, mientras que un grupo de psicólogos asiste a los familiares de las personas asesinadas y a los alumnos y maestros que vieron lo que ocurría. “Simplemente abrió la puerta, sacó su pistola y comenzó a disparar”, narró uno de los jóvenes. “Recargaba continuamente su arma. Cuando los primeros policías llegaron, descubrieron cadáveres en dos aulas”, agregó el jefe de la policía, Konrad Jelden. De acuerdo con el diario Tagesspiegel, una profesora salvó la vida de varios estudiantes al cerrar la puerta aprovechando que el asesino salió del aula, tal vez para recargar el arma con la que había disparado a cuatro estudiantes.
Tras un primer análisis, los investigadores dieron cuenta de que Kretschmer pareció escoger víctimas femeninas: once de las quince personas asesinadas eran mujeres, esto es, ocho de los nueve estudiantes y las tres profesoras.
La policía secuestró la computadora personal de Kretschmer para investigar los motivos que lo llevaron a la matanza. La preocupación por dar con posibles razones que permitan comprender el estallido de violencia llevó a una enumeración pública de lo que parecían ser los gustos –de acuerdo con las autoridades– inquietantes del asesino: el fanatismo por los videojuegos violentos (trascendió su presunta predilección por el Counter Strike) y las armas de aire comprimido.
Las autoridades confirmaron que en la casa que el joven compartía con su familia fueron halladas armas y municiones en cantidades elevadas. “Su padre guardaba municiones para 4600 disparos”, informó el ministro Rech. Según versiones periodísticas alemanas, en la casa se habrían hallado 18 armas, casi todas ellas guardadas en la caja fuerte. Sin embargo, la excepción parece haber sido la pistola Beretta que el adolescente utilizó en la masacre: no estaba bajo llave, como estipula la ley. Por ese motivo la policía interrogó al padre del joven.
Es la peor masacre desde 2002, cuando dieciséis personas fueron asesinadas en un instituto de Erfurt por un alumno fracasado, que acabó suicidándose.
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