Miércoles, 20 de mayo de 2009 | Hoy
SOCIEDAD › PARA FRAGUAR ACCIDENTES, FRACTURABA MIEMBROS DE PERSONAS INDIGENTES
Era el cerebro de la banda que integran abogados y médicos. El mismo fracturaba los huesos, a cambio de 200 pesos, a personas que simulaban haber sido atropelladas. Se asociaba con automovilistas y estafaba a las compañías de seguro. Ayer fue detenido.
Pocas veces se ha visto una estafa tan sofisticada como la que armaba el hombre al que los investigadores bautizaron como el “Rompehuesos”. El mencionado, líder de la banda, fraguaba accidentes viales para estafar a empresas aseguradoras. Para eso, les fracturaba las piernas o los brazos personas indigentes, que aceptaban ser lesionadas a cambio de dinero. Una vez quebradas, esas personas simulaban haber sido víctimas de accidentes de tránsito y, bajo la representación de un abogado, reclamaban el cobro de dinero a las empresas que aseguraban a los automovilistas, que eran también personas involucradas en la maniobra.
El procedimiento estuvo a cargo de efectivos de la división Defraudaciones y Estafas de la Policía Federal, que apresaron en las últimas horas al principal sospechoso, un hombre de 58 años y apodado “José Rompehuesos”, precisamente por ser quien se encargaba de fracturar a las falsas víctimas de accidentes.
Los pesquisas tienen elementos para sospechar que el líder de la organización trabajaba en connivencia con un abogado de Capital Federal –que ya estuvo preso en la causa y luego fue liberado– y con algunos médicos de hospitales públicos –especialmente de la provincia de Buenos Aires– que certificaba las lesiones.
Un jefe policial que participó de la investigación relató ayer que la pesquisa se inició hace un año y medio, aunque se cree que la banda venía cometiendo estas estafas desde hacía por lo menos tres.
La información que permitió dar inicio a la investigación fue la denuncia de un “arrepentido” que fue contactado por Rompehuesos para dejarse quebrar y presentarse como víctima. Según el jefe policial, esa persona primero aceptó participar, aunque al momento de ser lesionado se arrepintió, no obstante lo cual el ahora detenido lo quebró y lo obligó a realizar la demanda a la aseguradora por un accidente simulado, en este caso en la ciudad de Buenos Aires.
A raíz de la presentación del “arrepentido”, se inició una causa en el Juzgado de Instrucción Nº 37, de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de Pablo Ormaechea, quien derivó la pesquisa a Defraudaciones y Estafas. Los detectives establecieron que Rompehuesos y el abogado contactaban personas de escasos recursos, desocupadas, infectadas de VIH e incluso delincuentes que recuperaban su libertad y les ofrecían fraguar un accidente, para lo cual debían dejarse fracturar algunos huesos.
Para lesionar a las personas, explicaron los voceros, el ahora detenido las llevaba a una casaquinta, donde las anestesiaba y les quebraba varios huesos con un hierro o un martillo. Antes, les ofrecía sumas de hasta 50 mil pesos. En el momento de la intervención les entregaba entre 200 y 500 pesos, mientras que el resto quedaba para cuando finalizara el juicio, hecho que nunca cumplía.
A cambio de su participación, los automovilistas que admitían haber causado el accidente para que la empresa aseguradora que tenían contratada le pagara al damnificado, recibían entre 2000 y 5000 pesos.
El cerebro de la organización preparaba luego la escena del accidente y llamaba a la policía, que derivaba al herido al hospital de la zona –en la mayoría de los casos al Paroissien, de Isidro Casanova–, donde los médicos certificaban las lesiones. Luego, en el hospital, un abogado se contactaba con el herido y le hacía firmar un poder para demandar a la aseguradora.
Los investigadores estiman que la banda fraguaba dos o tres accidentes por semana y que cobraba de las aseguradoras unos 50.000 pesos por víctima, en la mayoría de los casos mediante arreglos extrajudiciales.
Algunas aseguradoras comenzaron a sospechar de maniobras defraudatorias al ver varias veces al mismo abogado representando a víctimas de similares accidentes. Con el correr de la pesquisa encarada por los federales surgieron nombres, domicilios y números telefónicos que permitieron comprobar la maniobra criminal.
Los investigadores descubrieron también que la mayoría de los “quebrados” eran atendidos en el Hospital Paroissien, en el Instituto Güemes, de Haedo, y en el Hospital Héroes de Malvinas, de Merlo, y que Rompehuesos se movilizaba en un Fiat Palio.
Con la información reunida, los policías montaron en el Paroissien una vigilancia encubierta e identificaron al acusado, a quien apresaron en el cruce de la ruta 21 y Honorio Luque, en la localidad de Gregorio de Laferrère, partido de La Matanza.
Al momento de la detención se secuestraron en poder de Rompehuesos recetas, constancias de falsas denuncias por este tipo de hechos, tarjetas de abogados, recibos de pago a personas “quebradas” y abundante material de prueba. El detenido fue trasladado a la sede de la División Defraudaciones y Estafas y luego quedó a disposición judicial.
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